“Si eres conductor de automóvil colectivo, esta invitación es para ti”, recita el congresista Segundo Montalvo mientras se apea de un vehículo estacionado en las inmediaciones del Congreso, en un video publicado en sus redes sociales el miércoles 21 de febrero. En el clip, el legislador de Perú Libre invita a los choferes de taxi colectivo a participar en un foro celebrado ayer con miras a discutir dos proyectos de ley que él ha presentado y que, de ver la luz, serían un retroceso en la reforma del transporte público del país.
En un post publicado en el sitio web del Congreso sobre el mismo tema un día después, además, el despacho del parlamentario enfatiza su pasado como “transportista”, un recuerdo que el mismo Montalvo asegura en el video antes mencionado que lleva grabado “en el corazón”. De esa experiencia, sin embargo, nosotros también estamos al tanto, y es una que, más que en el corazón, el parlamentario lleva grabado en su récord como conductor.
Según ha podido comprobar este Diario, Segundo Montalvo registra cinco papeletas. Tres de ellas las recibió el mismo día por desacatar las indicaciones de la autoridad de tránsito, no presentar brevete o tarjeta de propiedad y no llevar placas de rodaje. Otra más nuevamente por no presentar brevete o tarjeta de propiedad, y una última por estacionar mal. Ello ha motivado que su brevete haya sido cancelado, la máxima sanción para conductores, pues les impide volver a ponerse detrás de un volante en el país para siempre. El legislador, además, pertenece a un partido como Perú Libre, que viene impulsando una serie de iniciativas legislativas perjudiciales para el país en diferentes rubros.
El 5 de mayo del año pasado, Montalvo presentó un proyecto para formalizar el taxi colectivo en Lima y el Callao. La iniciativa busca homologar una atrocidad cometida por el Congreso anterior, que en el 2020 autorizó que los taxis colectivos pudieran operar en todo el país, con excepción de la capital, y los problemas que esta entraña son varios. Para comenzar, Montalvo quiere permitir que los vehículos de clasificación M1 (sedanes o station wagon) y M2 (minivanes) puedan brindar el servicio de transporte público. Pero, como ha demostrado la experiencia, estos vehículos no están diseñados para ello. Son los M3 (como los buses) los que sí se fabrican para soportar una gran cantidad de personas y de trabajo diario. Los M1 y M2, por el contrario, no brindan las medidas de seguridad necesarias en casos de colisiones, lo que ha llevado a que en otros países se prohíba su uso para transportar pasajeros.
Aquí, sin embargo, el legislador Montalvo quiere arreglar ese problema con otro proyecto de ley presentado en diciembre último, para establecer algunas condiciones en los vehículos de tipo M1, entre ellas, que cuenten “mínimo” con “cuatro puertas de acceso”, “cinturones de seguridad en todos los asientos” y que tengan una antigüedad máxima de “15 años”. Pero, como es evidente, una ley no va a cambiar el comportamiento que los colectiveros han tenido en los últimos años, invadiendo las vías exclusivas de los corredores, deteniéndose a recoger y dejar pasajeros en cualquier lugar, ignorando los límites de velocidad y hasta agrediendo a fiscalizadores y a personal de la ATU.
Nada de esto es mencionado en el video del congresista Montalvo (que además es conocido por haber impulsado una ‘ley mordaza’ el año pasado, afortunadamente sin éxito), quien se enreda en una perorata sobre la necesidad de “transformar la realidad del transporte público” y de hacerlo, además, en un marco de “respeto, seguridad y eficiencia”.
Seguramente, ondear esta bandera le reportará el apoyo del gremio de los colectiveros en la capital, pero ojalá que sus colegas y el resto del país no se suban al taxi de Montalvo. Uno que solo terminará creando más caos en el ya enredado tráfico de la capital y que podría costar, además, algunas vidas en su trayecto.