El primer día del 2005, Antauro Humala lideró a un grupo de reservistas del Ejército en la captura de la comisaría de Andahuaylas. Su objetivo era despertar una insurrección armada que forzara la renuncia del entonces presidente Alejandro Toledo y la convocatoria de una asamblea constituyente. Al cabo de cuatro días, Humala y sus seguidores fueron capturados. Cuatro policías y dos etnocaceristas fallecieron durante la asonada. Por su participación en el levantamiento, Antauro Humala permanece recluido en el penal Ancón I.
Este es el antecedente más relevante del nuevo socio político del candidato a la presidencia por Perú Libre, Pedro Castillo. El pasado fin de semana, etnocaceristas que lucían polos con el mensaje “Antauro libertad” formaron parte del círculo de seguridad del docente durante su presentación en La Victoria, y este no ha sido el único evento de Perú Libre en el que han participado. La expectativa es que un eventual presidente Castillo conceda un indulto a su líder, como el mismo candidato ha adelantado que evaluaría.
Estos acercamientos son extremadamente serios y peligrosos. Antauro Humala es una figura tóxica que, lejos de mostrar arrepentimiento y reflexión respecto de sus crímenes, ha mantenido una actitud desafiante contra las reglas de su confinamiento. En el 2018, el Instituto Nacional Penitenciario (INPE) lo sancionó por haber intentado utilizar las instalaciones del penal Virgen de las Mercedes, donde estaba recluido por ser exoficial del Ejército, con fines políticos. Este fue solo el inicio de una serie de sanciones que tuvieron como origen la persistencia del hermano del expresidente Ollanta Humala para continuar con su actividad política y desestabilizadora desde prisión.
El episodio más grave y relevante para la actual contienda electoral ha sido la difusión por parte de este Diario de un audio en el que el líder etnocacerista comenta –no sin soberbia y frente a un interlocutor no identificado– que él es el único que podría “aguantar” un golpe de Estado de la “derecha”, siempre que esté al frente de las Fuerzas Armadas durante un eventual gobierno de Castillo. Ricardo Repetto, hijo de la esposa de Antauro Humala, ha confirmado la veracidad del audio y los acercamientos entre los etnocaceristas y el aparato político de Perú Libre. Según Repetto, debido a las similitudes entre el plan de gobierno de Perú Libre y la visión de Humala, las bases antauristas están apoyando activamente en las actividades partidarias de Pedro Castillo, como se vio en La Victoria. “Todas las bases del antaurismo-etnocacerismo han pasado a ser bases de Perú Libre y de Antauro”, mencionó Reppeto.
Humala fue inicialmente sentenciado a 25 años de prisión por el ‘andahuaylazo’ y posteriormente su condena fue reducida a 19 años. Los comentarios del candidato Castillo para concederle un indulto por “exceso de carcelería” carecen de cualquier base legal (tal exceso no aplica para sentencias firmes), y existen argumentos jurídicos que impedirían el uso del indulto para beneficio de Humala. Aun así, esto podría no ser necesario: según el INPE, el reo saldría de prisión tan pronto como en enero del 2024 tras cumplirse su condena.
El criminal Antauro Humala representa una visión del país retrógrada, antidemocrática, racista y ultraconservadora. Cualquier acercamiento con él o sus huestes debería encender varias alarmas entre quienes defienden el Estado de derecho y las libertades democráticas. Contingentes antauristas empoderados desde el Ejecutivo, con su capacidad de choque e intimidación, constituirán una amenaza enorme sobre el equilibrio de poderes y sobre la sociedad peruana. Si Perú Libre desea ser considerado una alternativa democrática legítima, deberá distanciarse lo antes posible de aliados que solo han demostrado desprecio por las reglas mínimas de convivencia en una sociedad civilizada, o de lo contrario, exponerse a ser confundidos con ellos.