Dentro de poco se inaugurará en Jauja el Sanatorio Olavegoya donado por el filántropo Domingo Olavegoya. Para que el sanatorio rinda todos sus frutos y sea algo más que un simple depósito de enfermos del pulmón confiados a la bondad del clima y de las hermanas de caridad, es indispensable adoptar una serie de medidas aconsejadas por las novísimas orientaciones de la tisiología. Es de todo punto necesario que un especialista en tuberculosis asuma la dirección de ese establecimiento y ponga al servicio de los pacientes los últimos adelantos alcanzados por la ciencia. H.L.M.