Mediante decreto supremo del 29 de mayo de 1922, se crea el Patronato de la Raza Indígena. Esto se hace necesario ante los conflictos “que se vienen suscitando entre las comunidades de la sierra y los dueños o conductores de los fundos colindantes que día a día son más graves y se traducen en luchas de raza que es preciso evitar”. El patronato se organizará en todos los lugares de la república donde sea necesaria la protección y defensa de los indígenas, así como se estimulará, por los medios más adecuados, su desenvolvimiento cultural y económico. H.L.M.