La increíble y verdaderamente fantástica devaluación del marco ha traído como consecuencia la casi paralización de todos los negocios en Alemania. Nadie sabe cómo vender o comprar, ni mucho menos a qué precio. El ama de casa que debe hacer las compras del día sabe por experiencia que cada hora, o a veces en menos tiempo, los precios siguen subiendo y un pan cuesta ahora millones. Verdaderamente sobrecoge el ánimo contemplar esta situación a la que nadie da salida. En Berlín todo es un frenesí y caos. H.L.M.