

Hace unos días, los conductores del programa de nombre políticamente incorrecto, “Hablando huevadas”, Jorge Luna y Ricardo Mendoza, dejaron de lado el humor negro en su abarrotado show en el teatro Canout para enviar un mensaje directo a Dina Boluarte: “Señora presidenta, no queremos morir… póngase a trabajar”. Con cerca de seis millones de sunoscriptores, su reclamo, sin risas de por medio, se viralizó rápidamente.
Pero no fueron los únicos. En Roro Network, el canal de ‘streaming’ de Carlos Orozco, con una comunidad de medio millón de seguidores, se defendieron las motivaciones legítimas de la marcha contra la inseguridad que se llevó a cabo el viernes pasado. Algunos de sus conductores, incluido Orozco, participaron en la movilización.
Otro espacio que se sumó fue TodoGood, con más de 350 mil seguidores. En este canal digital, se abordó la crisis de violencia y se cuestionó la ineptitud del gobierno en la gestión de la seguridad y su insistencia en mantener (hasta ese momento) a Juan José Santiváñez.
Si los adultos contemporáneos y los más veteranos aún no lo han notado, estos jóvenes del ‘streaming’ se han convertido en los nuevos líderes de opinión. El impacto de sus contenidos supera al de los medios tradicionales, no solo por el número de sunoscriptores, sino por el sentido de comunidad que han construido y su conexión con los temas que realmente importan a su audiencia.
No concluyo que estos nuevos líderes fueron los promotores de la marcha, pero sí que son parte de un nuevo escenario comunicacional que entreteje a la ciudadanía de manera más íntima (para bien o para mal, eso es parte de otro debate).
Pareciera sentido común pero lo más maduritos aún no logran entender cómo funciona esa lógica y entonces desafían las leyes de la organicidad, es decir, cuestionan la naturalidad y autenticidad de los contenidos que desde la indignación promovieron la participación de la marcha.
Por eso, la presidenta Boluarte habló de “fuerzas oscuras” detrás de la movilización, mientras elogiaba poéticamente el trabajo de Santiváñez. No solo eso: además del estado de emergencia (de poca utilidad), el gobierno ha vuelto a poner en agenda la pena de muerte y el servicio militar obligatorio.
Así las cosas, quizá Luna y Mendoza deberían donar el nombre de su famoso y popular show para titular las emisiones del recién estrenado “cuarto de guerra” de Palacio de Gobierno.