Para que haya acoso o ‘bullying’ deben existir acosados y acosadores, y también espectadores que, al no intervenir, justifiquen esa agresión. Por ello, una acción importante para combatirlo es hacer reaccionar a estos últimos a fin de que no permitan la injusticia. Eso parece necesitarse en diversos aspectos sociales en los cuales, al no reaccionar, justificamos ataques que nos hacen daño a todos. Veamos.
Hasta hace muy poco era muy común en nuestro país el ‘bullying’ contra los homosexuales, las mujeres, personas con diferencias raciales y hasta los discapacitados. A pesar de que se los agredía hasta en programas supuestamente humorísticos de radio o televisión, pocos protestaban, para evitar ser objeto de ataques o burlas similares. Felizmente eso empezó a cambiar cuando algunos pioneros empezaron a desafiar a los agresores, y la población siguió su ejemplo. Hoy, aunque falta mucho por recorrer, es evidente que el país ha avanzado en tolerancia social en esos aspectos.
Hoy vemos ‘bullying’ mediático y de redes sociales que genera distorsiones similares en otros temas como la política y la libre empresa. Así, por ejemplo, nadie se atreve a defender las bondades de la política y de los buenos políticos, básicamente porque algunos supuestos líderes de opinión y troles (agresores incógnitos en las redes) han marcado una posición de gran agresividad hacia ellos. Así, al ‘bullear’ a los políticos acusándolos de corruptos, agreden a todas las personas de bien que quieren apoyar al país en esa función. Y al ver que nadie se opone a ese ataque, los agresores se envalentonan y multiplican; y los buenos se abstienen.
De la misma manera, ante las agresiones al sector empresarial en general, nadie se atreve a levantar la voz y mostrar todo lo bueno que aporta al país. Ciertamente hay empresas y empresarios nocivos que deben combatirse, pero lo extraño es que no se señale paralelamente que el sector empresarial es el único que crea la riqueza que se transformará en escuelas, policías y hospitales. Y que, por ello, es importante que crezca.
Y la prueba de ese ‘bullying’ es que quizás usted también lector, a pesar de querer tener buenos políticos y que sus hijos trabajen en grandes empresas, no se ha puesto a pensar en proteger a los buenos políticos y empresarios. ¿Se dio cuenta de la fuerza censuradora de opiniones que tiene el ‘bullying’?
En fin, en nuestra sociedad se dan comportamientos agresivos hacia una gran lista de temas como los migrantes venezolanos, los empleados públicos o el aporte de la minería. Ataques que progresan básicamente porque muchos de nosotros no tenemos el coraje suficiente para mostrar que no concordamos plenamente con ellos. Que tengan una gran semana.