Recuerdo la primera vez que leí sobre el caso de Mila. Revisaba mis redes sociales cuando apareció la noticia. El titular señalaba el contexto del caso y mostraba una triste realidad: la violencia sexual hacia niños y adolescentes. Mila, seudónimo de la niña de tan solo 11 años de la ciudad de Iquitos en Loreto, fue abusada sexualmente desde los siete años por su padrastro. Y, como consecuencia de estos constantes abusos, quedó embarazada.
Cada vez que menciono este caso, logro sentir el dolor, la confusión y el miedo que estaba sufriendo Mila en todo ese tiempo de violación de sus derechos. No saber qué hacer, a dónde acudir o simplemente cómo identificar cuando se trata de un caso de violación sexual realmente es preocupante. Este caso simplemente es una evidencia de los retos que aún tiene el Estado para garantizar la seguridad y el cumplimiento de los derechos fundamentales que niños y adolescentes tienen.
Los derechos a una vida libre de violencia, a la salud, la educación, la participación, el acceso a la información, entre otros, deben promoverse y cumplirse. Es importante que niños y adolescentes conozcan sobre sus derechos y cuenten con espacios de participación que les permitan coordinar, organizarse y alzar sus voces frente a una problemática que esté afectándolos o vulnerándolos. Asimismo, se debe promover la educación sexual integral (ESI), que les permite aprender sobre sus derechos sexuales y reproductivos para que conozcan y cuiden su cuerpo.
Por ello, el pasado 20 de noviembre, como parte de la conmemoración de la aprobación de la Convención de los Derechos del Niño y el Día Mundial de la Infancia, se lanzó la campaña Quitémonos la Venda, promovida por Unicef en alianza con Latina. El objetivo de esta campaña es hacer un llamado al país para tomar acción frente a la violencia sexual contra niños y adolescentes. El nombre de la campaña refleja la importancia de actuar frente a un caso de violencia, seas víctima o testigo, y no quedarse callado. Es de mucha ayuda reportar los casos, para evitar que el agresor o agresora continúe cometiéndolos o pueda cometerlos con otros(as) niños(as). ¡Quitémonos la venda y alcemos nuestras voces por justicia y un país mejor!