Aunque con poco espacio en el caldeado debate político, el 2016 concluyó con algunos sucesos –muchos de ellos dados en los descuentos– que pueden ser la base de avances importantes en las regiones durante el año que se inicia hoy.
Se anunció el inicio de operaciones del teleférico de Kuélap, en Amazonas. A mediados de diciembre, el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo indicó que los primeros días del 2017 empezaría a operar este moderno medio de transporte, el primero de su naturaleza en el país, que abre posibilidades inmensas para la desafiante geografía peruana.
Empezaron los vuelos comerciales a Ilo, en Moquegua. Con menos prensa que el teleférico, en diciembre se desplegó esta ruta aérea a Ilo, que antes era solo una simple escala en los vuelos a Arequipa y Tacna. Hoy Ilo es un destino final. Es un paso sin duda importante para la tan necesaria conectividad nacional.
El afianzamiento del Hay Festival en Arequipa. Por segundo año, entre el 8 y el 11 de diciembre, Arequipa fue escenario de este evento, consolidado ya como uno de los principales acontecimientos culturales del país. Arequipa, además, se reafirma como la segunda ciudad peruana con notable capacidad organizativa.
Los preparativos para el censo nacional de población del 2017 continuaron. El censo de este año incluirá dos preguntas de autoidentificación étnica (una sobre lengua materna y otra sobre autoidentificación), un esfuerzo que no se realiza en el país desde el censo de 1940. El presupuesto del 2018 será debatido teniendo información actualizada.
El Ministerio de Educación presentó el nuevo Plan de Educación Intercultural Bilingüe, aprobado el último día de la gestión del ex ministro Jaime Saavedra. Según se precisó el día de su lanzamiento, el plan ha sido elaborado teniendo como eje los 61 acuerdos alcanzados entre el Ministerio de Educación y siete organizaciones indígenas nacionales.
El 25 de diciembre se publicó en el diario oficial “El Peruano” el plan nacional de búsqueda de desaparecidos. Se implementa así la ley aprobada por el Congreso previo y promulgada el pasado 22 de junio, durante la gestión de Ollanta Humala.
El entorno político será sumamente incierto en el 2017, herencia de un 2016 convulsionado: polarización política natural y artificial, develación del mayor caso de corrupción desde el 2000, creciente impaciencia ciudadana.
Otras esferas, en cambio, pueden invitar a la esperanza. Vale la pena recordar al historiador Jorge Basadre que, en 1931, decía: “Y el Perú, con todos esos males y sus amenazas coincidentes, ha sobrevivido, como si su mensaje estuviera por decir, como si su destino aún no estuviese liquidado, como si llevase consigo una inmensa predestinación”.