Ya han pasado más de dos semanas desde que una parte de la muralla perimétrica del Complejo Arqueológico de Kuélap, en Amazonas, colapsara y cayera debido a las intensas lluvias, convirtiéndose en uno de los mayores daños sufridos por un patrimonio histórico en el Perú en los últimos años.
No obstante, existe la posibilidad de que la fortaleza sufra un daño aún mayor, como la ocurrencia de otros derrumbes, si es que no se ejecutan trabajos de emergencia dedicados a la conservación del resto de los muros. Así lo advirtió a El Comercio la directora de la Dirección Desconcentrada de Cultura (DDC) de Amazonas, Esther Lozano Maldonado, designada en el cargo el último jueves en reemplazo del antropólogo germano - peruano Peter Thomas Lerche.
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Lozano indicó que el último viernes 22 de abril, realizó una inspección integral del monumento arqueológico junto a su equipo técnico, integrado por arqueólogos y conservadores, a fin de observar principalmente el área colapsada y evaluar la pertinencia de reabrir el sitio. Durante el recorrido, además de la zona de derrumbe, los especialistas detectaron otros puntos que ya se están viendo afectados por la humedad y por lo tanto están en riesgo de colapsar.
“Cuando el equipo de especialistas ha hecho el diagnóstico ha detectado afectación en otras partes de la muralla, es decir, más de un sitio puede colapsar en cualquier momento. Eso nos preocupa en demasía. Tenemos cierto grado de presión por parte de los operadores turísticos, agencias de viaje, restaurantes, pues es lógico que ellos quieran que se reaperture el complejo. Pero ahora mismo tenemos que priorizar la seguridad del visitante y la integridad del recurso”, comentó.
Debido a esta situación, Lozano señaló que coordinó con el Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci) para que hoy efectúe una supervisión junto al Gobierno Regional de Amazonas, la Municipalidad Provincial de Chachapoyas y los municipios distritales de Luya y Tingo, para evaluar la situación de Kuélap y determinar las medidas de seguridad que deberán seguirse para realizar las acciones inmediatas de emergencia.
“He solicitado al Indeci que emita una opinión, un documento, respecto al riesgo latente en el lugar. Así podremos emitir un pronunciamiento sobre la importancia de priorizar la seguridad y evitar todo tipo de riesgo en el monumento arqueológico. Hay que evitar que se siga derrumbando. Por eso es que también hemos invitado a representantes del sector turismo. Lo primordial ahora es el trabajo de conservación”, sostuvo.
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Por otro lado, la funcionaria informó que a fin de controlar las aguas de lluvia, mitigar provisionalmente futuros colapsos y realizar labores de limpieza en la zona de derrumbe, se realizó la adquisición y el traslado de una geomalla biaxial a la fortaleza, así como de una cobertura provisional de lona plástica. Explicó que el enmallado permitirá también acopiar las rocas desprendidas para la restauración posterior y apuntalar más fácilmente los muros a base de madera rolliza.
“Junto con el Ministerio de Cultura hemos coordinado la compra de estos materiales para iniciar con su instalación desde el lunes 2 de mayo. También hemos contratado a un ingeniero estructuralista para realizar el acompañamiento técnico y especializado durante este proceso”, agregó.
Intervención en patrimonio
La arquitecta Patricia Díaz, presidenta de la Comisión de Patrimonio del Colegio de Arquitectos Regional Lima, detalló a este Diario que luego del fuerte sismo de magnitud 7,5 ocurrido en noviembre pasado en Amazonas se debió realizar acciones de conservación y reforzamiento de Kuélap. Este factor, sumado a la intensa lluvia de temporada, provocó un debilitamiento de su muralla.
“Lo que pasa es que ha llovido mucho y el peso de la tierra mojada ha hecho que seda el muro, que de por sí ya estaba débil por el terremoto. Se tuvo que llevara a cabo acciones preventivas. Creo que anteriormente hubo informes de algunos problemas estructurales, en ese momento se debió apuntalar como primera protección. Ne se tomaron las acciones a tiempo. Ahora, se debe apuntar a que lo demás no siga cayéndose”, explicó.
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Añadió que si bien se podrían restituir los muros caídos y realizar un apuntalamiento muy especial para que lo que queda no siga cayéndose, lo realmente urgente es iniciar un proceso de consolidación estructural de todos los elementos arqueológicos del país, no solo de Kuélap.
“Somos un país atractivo turísticamente precisamente por toda nuestra historia, es esa la que debemos proteger. Hay mucha inversión para temas turísticos, pero nos olvidamos que el turismo funciona en base a sitios arqueológicos y patrimoniales. Es nuestra identidad. El Estado debe entender que nuestro patrimonio es la base de nuestra historia y de muchos temas económicos que surgen a través suyo”, dijo Díaz.
Para la arquitecta, una buena opción para gestionar y conservar mejor los sitios arqueológicos en el país es invitar a la empresa privada a que realice esta función, bajo supervisión permanente del Ministerio de Cultura.
“Creo que debemos darnos cuenta de que el Estado no se da abasto con todos los sitios arqueológicos y demás patrimonios del país. Si la empresa privada se encarga de cuidar nuestro patrimonio creo que tendríamos mucha mejor opción de salvarlo, ya que esta labor tendría unas condiciones especiales y podríamos tener la certeza, de cierta manera, de que el sitio se va a recuperar. Un ejemplo es la Huaca Pucllana”, detalló.
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Por último, destacó que pese a que existen muy buenos técnicos en la materia, ha habido mucha desidia por años por parte del Estado respecto al cuidado de estos monumentos y la conformación de un protocolo con mecanismos de protección, que sea parte de un plan a largo plazo.
“Pasa por pocos fondos y poca claridad de lo que se tiene que hacer. Se le ha dado más importancia a las instalaciones turísticas. El daño en el patrimonio es lo peor que puede pasar y lo último al mismo tiempo. Ya hay mecanismos de protección y conservación permanente. Hay formas y estudios que necesitamos asumir que se tienen que hacer en nuestros elementos patrimoniales”, concluyó.
El panorama en el Centro Histórico de Lima
Enrique Bonilla, urbanista y director de la carrera de Arquitectura de la Universidad de Lima, comentó que el patrimonio arqueológico e histórico del país siempre está en riesgo debido a su antigüedad, más aún si no se brindad las condiciones de mantenimiento necesarias.
“Si Kuélap se hubiese conservado no fuese sido necesario restaurarlo. Lo mismo pasa para cualquier otra edificación. Lamentablemente solo reaccionamos cuando ocurre una afectación grave, pero deberíamos actuar de manera preventiva, monitoreando permanentemente el sitio o patrimonio. En ese sentido, la restauración debería ser una labor excepcional”, señaló.
En el caso del Centro Histórico de Lima, Bonilla detalló que la mayor parte de su patrimonio está en manos de privados, lo que ya es una enorme limitación porque el Estado no puede intervenir.
“Eso es uno de los factores fundamentales que hace que los inmuebles, por ejemplo, no se conserven. Se intervienen, pero muy superficialmente. Quienes habitan estos espacios pueden estar interesados en conservar los inmuebles, pero no tiene las condiciones requeridas para ello. En tanto, los propietarios seguramente no tienen interés”, explicó.
Agregó que esta situación se puede remediar con un buen plan que genere incentivos, posibilidades para que estos espacios puedan ser recuperados y se generar valor en los inmuebles. Sostuvo que todo ello tendría que se comprendido dentro de un plan urbano.
“Se está entendiendo como un plan de recuperación del Centro Histórico de Lima el arreglo de los espacios públicos, la peatonalización, lo que está muy bien, pero se necesita acompañar con la intervención de los inmuebles, lo cual es más difícil. Para ello se requiere de más ingenio, sobre todo para recuperar las condiciones y calidad de vida de la población. A fin de cuentas eso es el fin, la intervención de inmueble solo es el medio”, concluyó.