Angélica Mendoza de Ascarza, la mujer que durante más de tres décadas luchó sin descanso por encontrar a su hijo, quien fue detenido en 1983 por agentes del Ejército, en Ayacucho, falleció el lunes a los 88 años víctima de una enfermedad.Debido a su vehemencia, Angélica Mendoza se convirtió en símbolo de los familiares de desaparecidos en el Perú. Incluso fundó la Asociación Nacional de Familiares de Secuestrados, Detenidos y Desaparecidos (Anfasep), en el cual tuvo una intensa participación.Según el testimonio de Angélica Mendoza, el 12 de julio de 1983, su hijo Arquímedes Ascarza, de 19 años, fue sacado de su habitación por un grupo de militares y llevado, sin motivo alguno, al cuartel Los Cabitos. La mujer no volvió a saber nada de él pese a sus interminables gestiones en fiscalía e innumerables recorridos por las quebradas en que iban hallándose restos de desaparecidos.Su deceso se produjo, exactamente, 14 años después de la presentación del informe final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), que contiene todos los pormenores en torno a la violencia armada interna en el Perú entre los años 1980 y 2000.Hace 10 días, tras 12 años de proceso, el Poder Judicial dictó sentencia por secuestros, torturas y desapariciones forzadas ocurridos en 1983 contra 53 personas, en el cuartel Los Cabitos de Ayacucho.De acuerdo con la resolución, está comprobado que existió un horno crematorio en la zona de La Hoyada, dentro del referido cuartel.El coronel (r) Édgar Paz Avendaño (79), jefe de Inteligencia en la Casa Rosada de Ayacucho, recibió una condena de 23 años de prisión. Para el coronel (r) Humberto Orbegozo Talavera (75), jefe del citado cuartel, se ordenó 30 años de cárcel. Ambos fueron hallados responsables de asesinato.
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