La diabetes es una de las enfermedades crónicas más comunes en la actualidad. En el Perú, se estima que alrededor de un millón de personas vive con esta condición, y seis de cada 100 personas mayores de 15 años la padecen. Sin embargo, menos de la mitad de ellas conoce su diagnóstico, según datos del Ministerio de Salud.
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Este escenario convierte a la diabetes en un problema de salud pública, donde la educación nutricional es un elemento fundamental para mejorar la calidad de vida de los pacientes.
La Mg. Paola Rodríguez-Paiva, directora de la carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad San Ignacio de Loyola (USIL), comentó que para las personas con diabetes mellitus, el principal reto a lo largo de su vida es mantener el control de la glucosa en sangre. “Este control puede ser particularmente difícil, ya que no en todos los entornos se promueve la activación física y la alimentación saludable. Por eso, es importante aprender a equilibrar porciones y alimentos, prefiriendo los menos procesados en lugar de excluirlos por completo, y lograr una combinación adecuada de insulina, alimentos y actividad física para evitar tanto hipoglucemias como hiperglucemias”, explicó.
Además, brindó cinco recomendaciones para mejorar la alimentación de las personas con diabetes:
- Usa el plato saludable: este método permite disfrutar de recetas tradicionales sin comprometer la salud. Para hacerlo, se divide el plato en tres partes. La mitad con vegetales sin almidón, un cuarto con proteínas magras y el cuarto restante con carbohidratos complejos, como arroz integral o tubérculos con cáscara. Es recomendable complementar con grasas saludables, como aceite de oliva o palta, y acompañar las comidas con agua o infusiones sin azúcar.
- Controla el consumo de carbohidratos: no es necesario eliminar completamente los carbohidratos, pero es importante elegir opciones ricas en fibra, como granos enteros y vegetales, que ayudan a mantener estables los niveles de glucosa. Se deben evitar los productos procesados y opta por fuentes naturales como menestras y frutas enteras, las cuales también aportan fibra.
- Opta por sustitutos saludables: para reducir el consumo de harinas refinadas y azúcares añadidos, se puede emplear alternativas como harina integral, de avena o almendra. En lugar de azúcar, es posible emplear puré de dátiles o panela en pequeñas cantidades. También puede utilizarse Stevia rebaudiana liofilizada, pero no eritritol. No se recomiendan endulzantes artificiales.
- Mantén un horario de comidas: para ayudar al control de la glucosa es importante estructurar las comidas. Se sugiere consumir entre cuatro y cinco comidas al día, distribuidas de manera equilibrada. Es recomendable utilizar la metodología del plato saludable: la mitad del plato con vegetales, un cuarto con proteínas magras y el otro cuarto con carbohidratos complejos.
- Alerta con los mitos: existe la creencia de que las frutas deben evitarse por su contenido de azúcar. Sin embargo, al contener fibra, las frutas enteras hacen más lenta la absorción de glucosa, convirtiéndolas en una opción saludable. Otro mito es que los productos “aptos para diabéticos” son siempre seguros, cuando en realidad muchos contienen edulcorantes no recomendables.