Este martes, el pleno del Congreso de la República aprobó en primera votación la castración química para violadores sexuales de menores de 14 años, esto como medida complementaria a la pena privativa de la libertad (cadena perpetua) también aprobada por el Parlamento.
La castración química consiste en un tratamiento médico. A través de él, se aplica al condenado, de manera regular, un compuesto químico que puede ser el llamado Acetato de Medroxirprogesterona (MPA), conocido bajo el nombre de Depro-Provera, el Acettato de Cyproterona (CPA) y el Agonista de la Hormona Liberadora de la Hormona Luteotrópica (LHRH). La finalidad es inhibir el deseo sexual y reducir la producción de testosterona.
Si bien la castración no es un proceso nuevo, la forma química consiste en un procedimiento ambulatorio en el que al hombre se le inyecta este compuesto de forma intramuscular cada tres meses.
Lo que hace la Depo-Provera es detener a nivel cerebral la liberación de hormonas y neurotransmisores relacionados a la excitación sexual y producción de semen. Además, impide que la persona sea fértil.
César Vásquez, congresista de Alianza Para el Progreso (APP), dijo que esta es una medida alternativa complementaria que se viene usando en otros países para que no haya reincidencia en casos de violación sexual.
“Creo que cualquier iniciativa que busque proteger a los niños es válida”, añadió en relación a esta pena complementaria a la cadena perpetua contra violadores de menores de 14 años, medida que también fue aprobada hoy en el Congreso.
“La castración química termina aboliendo la libido. No es cierto que la castración actúa solo en el órgano sexual, sino en la cabeza”, añadió.
Por otro lado, la castración química no tiene efectos permanentes sino temporales, pues los efectos cesan cuando se suspende el tratamiento médico.
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