El Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (Ingemmet) informó que un terremoto de por lo menos 6,5 grados de magnitud, que se registró en el año 1450, provocó la deformación de los muros de Machu Picchu y esto motivó a los incas a usar una arquitectura sismorresistente, reveló la institución a la Agencia Andina.
Este es uno de los primeros resultados del proyecto de investigación científica Cusco-Pata, desarrollado por Ingemmet para identificar los movimientos telúricos que ocurrieron en el pasado y cómo afectaron a las antiguas civilizaciones.
Según información histórica, el Cusco fue afectado por sismos de elevada magnitud, por ejemplo, los de 1650 y 1950, pero nunca se pudo determinar cuál fue la falla geológica que generó estos movimientos telúricos, informó Andina.
El proyecto del Ingemmet se centró en dos fallas geológicas activas que están cerca de la ciudad del Cusco: Tambomachay y Pachatusan, que, por sus características, son capaces de generar grandes terremotos, los cuales, sin duda, afectan el desarrollo de la sociedad.
“Por primera vez en la historia se han combinado las técnicas de paleosismología, arqueosismología y tectónica activa en un estudio de esta naturaleza”, dijo al citado medio Carlos Benavente Escobar, coordinador e investigador del proyecto Cusco-Pata del Ingemmet.
Benavente añadió que se especula que este sismo haya ocurrido en la época de Pachacútec. “Creemos que este sismo ocurrió en el período del inca Pachacútec, quien habría ordenado la construcción de Machu Picchu, porque observamos que hay un cambio en el método o tipo de arquitectura en este sitio arqueológico”, declaró.
La afectación o deformación se evidencia en el templo del Sol, cerca del Intihuatana y en todos los centros ceremoniales, es decir, se presentan a lo largo de Machu Picchu. Se observa una inclinación preferencial de los muros hacia una sola dirección.
“Vemos aberturas entre las rocas y piedras, lo cual no es típico de los incas porque ellos tenían una construcción impecable, perfecta. Algunos bordes de las rocas están rotos, lo que quiere decir que en la ondulación de la tierra [sismo] se golpearon entre ellas, lo que ocasionó las roturas”, explicó.
Tras estas deformaciones, se cree que Pachacútec dispuso una arquitectura moderna y colocar mampostería para reparar los daños ocasionados por el terremoto. “Hay mucha más investigación que se debe efectuar”, apuntó, al comentar que en las andenerías también se aprecia un cambio de arquitectura.
“Estamos calibrando las últimas edades de radiocarbono 14 para definir qué falla provocó el terremoto; por el momento, se sospecha que fue la de Tambomachay, ubicada a cuatro kilómetros del Centro Histórico del Cusco”, añadió.
Benavente aseveró que “no hay duda” de que el fuerte sismo también provocó la deformación de los muros de Sacsayhuamán, Tipón, Tambomachay, la calle de los Doce Ángulos de la ciudad del Cusco, entre otras zonas.
Según los investigadores, queda comprobado que este fuerte movimiento sísmico influyó en la determinación de los incas de cambiar su arquitectura, pues no siempre fue sismorresistente, lo que ratifica que esta civilización manejó muy bien el territorio y tuvo una gran visión. Benavente consideró que en el mundo no hay una arquitectura ni ingeniería que alcance el esplendor inca, hecho que ha permitido que “desde muchas partes del mundo vengan a estudiarlas”.
Por otro lado, la mayor expansión de los incas fue en la margen izquierda del río Huatanay, precisamente donde se ubica la falla Tambomachay. Los geólogos se preguntaron, entonces, ¿por qué se siguen ubicando en este sector, pese a los peligros?
Tras el estudio científico, la respuesta es más sencilla: la falla es un conducto importante del agua. “Los incas querían agua; por ende, preferían mejorar las condiciones estructurales de sus viviendas antes que alejarse de la fuente del recurso hídrico. Sobre la base del agua funcionó el imperio del Tahuantinsuyo”, dijo el especialista.
Para consultar todos los detalles del estudio, puede ingresar a este enlace.
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