El mayor progreso social se encuentra en la costa, mientras que las regiones de la selva tienen los niveles más bajos de bienestar.
Estos son los principales hallazgos del último Índice de Progreso Social Regional (IPSR) Perú 2019, elaborado por Centrum Católica, con el apoyo de la iniciativa global Social Progress Imperative.
El IPSR excluye el dinamismo económico y mide la satisfacción de necesidades básicas, el bienestar y las oportunidades que tienen los integrantes de una jurisdicción. Considera una escala de 0 a 100 puntos, donde el nivel alto supera los 75.
Los resultados revelan una profunda desigualdad a nivel terrirorial. Loreto y Ucayali son las regiones con los niveles más bajos en este indicador desde el 2017, con menos de 47 puntos. En contraste, Moquegua ostenta, por primera vez, el primer lugar en el ránking con 62,6 puntos y desplaza a Lima Metropolitana (62,5).
El nivel mejor evaluado para la región del sur corresponde a las oportunidades, que incluyen derechos personales, libertad personal y de elección, así como educación avanzada.
Pese a este avance, ninguno de los departamentos analizados logra un nivel de bienestar alto.
¿Por qué se observa esta disparidad regional? Para Percy Marquina, director de Centrum Católica, la explicación en ciertos casos pasa por los elevados niveles de corrupción observada a nivel subnacional, la falta de competencias en las regiones o municipios, así como la falta de coordinación entre los diversos sectores de la sociedad.
“La data solo mide resultados, no dice por qué no ha crecido [el índice]. Hay muchas regiones debido a la corrupción, los niveles de recursos que tenían disponibles para ser invertidos no fueron canalizados apropiadamente. Estos es evidente en regiones con canon producto de actividades extractivas. En otros lugares se debe a la falta de cuerpos técnicos competentes e informados para poder administrar proyectos de envergadura con impacto social. También se observa una falta de coordinación entre el sector público y privado para tender puentes sobre objetivos comunes”, explica.
Acciones a implementar
Si bien en los últimos años, el Perú ha experimentado crecimiento económico y competitividad, esto aún no es suficiente para garantizar el bienestar de la población. Marquina añade que es necesario tomar en cuenta aspectos que vayan más allá del ámbito monetario que explican la mejora de la calidad de vida.
“[La población] tiene expectativas de mejora del bienestar personal, esto también tiene que darse para que tengan esperanza y quieran seguir acompañando al modelo al notar que hay un avance. Si la gente no ve eso se frustra”, opina.