“José Olaya rindió la existencia el 29 de junio de 1823 a las once del día (...) ¡Parece que estaba dispuesto que esa alma esencialmente piadosa se elevara hacia la augusta morada del Todopoderoso a recibir el premio que la Justicia Divina acuerda a los que se inmolan por su patria!”. La valentía y sacrificio que convirtieron al pescador chorrillano en un símbolo de la lucha por la libertad se expresan en esta cita de la obra ‘Morir por la patria: José Olaya’ de Ismael Portal.
En conmemoración de los 200 años de su valiente inmolación, El Comercio participó de una exposición reservada en la Biblioteca Nacional del Perú (BNP) de los libros, poemas, folletos e imágenes que detallan la vida de José Olaya y su contribución para la consolidación de la independencia del Perú.
Las principales biografías sobre José Olaya
‘Morir por la patria: José Olaya’ de Ismael Portal, publicada en 1899, es la primera biografía documentada del prócer de la independencia. “Portal utilizó fuentes documentales y entrevistó a familiares de Olaya para realizar esta obra corta”, explica Yonatan Mejía, historiador de la BNP.
La primera página del texto muestra el retrato en óleo de José Olaya que el pintor José Gil de Castro, coetáneo suyo, hizo en 1828. En la pintura, Gil de Castro registró que el héroe nació en 1782, razón por la que Portal consigna esta fecha al narrar el nacimiento de Olaya en la villa de San Pedro de Chorrillos.
Sin embargo, el historiador y político Luis Antonio Eguiguren en su obra ‘El mártir pescador José Silverio Olaya y los pupilos del Real Felipe”, publicada en 1945, refiere que el prócer habría nacido en 1795.
“Eguiguren menciona que las fuentes que permitirían aclarar la fecha de nacimiento de Olaya, como su partida de bautizo, desaparecieron durante el saqueo e incendio de Chorrillos a manos de las tropas chilenas en 1881 durante la Guerra del Pacífico”, señala Mejía.
La obra de Eguiguren es la más extensa y detallada biografía del héroe nacional. Según el autor, los Olaya vivían en la villa de San Pedro de Chorrillos, un pequeño pueblo de pescadores ya desaparecido. El rancho que habitó el mártir junto a sus 11 hermanos se ubicaba a espalda de la Iglesia de San Pedro de Chorrillos, en la actual calle Filiberto Romero.
Hijo de Melchora Balandra y José Apolinario Olaya, desde pequeño su padre le ensenó a nadar y realizar el oficio de la pesca en las playas de Chorrillos. “José Apolinario simpatizó con la causa independentista e inculcó a su hijo el fervor patriótico”, añade Mejía.
Viajaba en balsa desde Chorrillos al Callao y luego al centro de Lima para vender pescado. “Eguiguren explica que, durante el proceso de la independencia, tanto él como su padre condujeron correspondencia desde Chorrillos hasta los buques de los patriotas en el Callao, siempre con buen resultado”, añade Mejía.
Luego de que San Martín se retirara del Perú y tras la derrota del Ejército Libertador en las batallas de Torata y Moquegua en 1823, el ejército español retomó el control sobre Lima el 18 de junio de aquel año. Los integrantes del Ejecutivo, Legislativo y el general venezolano Antonio José de Sucre, enviado por Simón Bolívar, se atrincheraron en los castillos del Real Felipe en el Callao.
“Sucre necesitaba conocer los planes de las tropas realistas y comunicarse con los patriotas que vivían en el centro de Lima. Esta fue la labor encargada a José Olaya. Con su modesto traje de pescador y unos cuantos pescados en su bolsa de malla, iba del Callao a Lima conduciendo la valiosa correspondencia sin levantar sospechas, para luego retornar a su casa en Chorrillos remando su canoa”, relata Mejía.
José Ramón Rodil, militar español al mando de las tropas realistas, se percató que los patriotas tenían un enlace. Desafortunadamente, el 27 de junio de 1823, José Olaya fue descubierto mientras llevaba una carta de Sucre para Narciso de la Colina. Fue apresado en la calle de Acequia Alta, posiblemente debido a una traición.
Pese a que Rodil le prometió fortunas y un grado militar, Olaya se negó a revelar los nombres de los implicados en las comunicaciones y a brindar cualquier evidencia.
“Eguiguren menciona que los realistas le dieron 200 latigazos, le arrancaron las uñas y le apretaron terriblemente los pulgares con fusiles. Pese a tan espantosos martirios e inclusive los ruegos de su madre, Olaya no dijo una sola palabra. Por eso, fue sentenciado a pena de muerte″, manifiesta Mejía.
José Olaya murió el 29 de junio de 1823. Fue fusilado en uno de los pasajes que rodean la Plaza Mayor de Lima, hoy conocido como Pasaje Olaya. Luego de la consolidación de la independencia en 1924, José Bernardo de Torre Tagle, presidente del Perú en ese entonces, lo honró después de su muerte como un héroe nacional.
La valentía y sacrificio por el Perú de este pescador chorrillano permanecen vigentes 200 años después.
“La importancia de José Olaya en la memoria histórica se puede encontrar en este conjunto de obras. Siendo un pescador de origen humilde, de procedencia indígena y sin tener una cargo militar, fue una de las figuras más insignes en el proceso de la independencia. Su ejemplo de patriotismo seguirá presente”, afirma Mejía.
"Muy pocos son los hombres que han muerto pronunciando hasta el momento supremo el nombre de la Patria, como Olaya. (...) Su último deseo fue que se le entierre con la escarapela que se le confiscó”.
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