El Vaticano oficializó este viernes la aceptación de renuncia de Juan Luis Cipriani como arzobispo de Lima y, en su lugar, designó al sacerdote Carlos Castillo Mattasoglio. Cipriani, que ocupó el cargo de titular del Arzobispado de Lima desde hace 20 años, presentó su renuncia al cumplir 75 años, según establece el Código de Derecho Canónico. Aunque deja este puesto en la organización de la Iglesia Católica, él continuará siendo cardenal, pues esta designación no es renunciable.
Juan Miguel Espinoza, docente en el Departamento de Teología de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), explicó que los cardenales ejercen esta función de manera vitalicia y para lo único que tienen un límite de edad es como electores del siguiente Papa. “Un cardenal vota hasta que cumple 80 años. Siguen siendo cardenales de manera vitalicia”, dijo Espinoza a El Comercio.
“Los cardenales son un colegio de obispos que colaboran estrechamente con el papa Francisco en el gobierno de la Iglesia Católica y, en ese sentido, no es que hay un límite de jubilación”, agregó.
José Luis Pérez Guadalupe, sociólogo y teólogo, explicó que ambas designaciones no son dependientes, pues uno de ellos corresponde a un cargo honorífico. “Una cosa es el gobierno pastoral de una iglesia particular, que es una diócesis, y otra cosa es un nombramiento honorífico que es el cardenalato. Están relacionadas, pero no son dependientes”, dijo.
- ¿Podría haber tres cardenales en Perú? - Si bien Lima es una sede cardenalicia y, tradicionalmente, los arzobispos de esta diócesis primada han sido nombrados cardenales, el papa Francisco no necesariamente continuará con las designaciones bajo este criterio.
“El papa Francisco ha roto un poco este criterio que hay ciertos puestos que de todas maneras tienen que ser cardenales. Para él, lo central es que el cardenal tiene que ser alguien que aporta al gobierno de la Iglesia. Hay diócesis donde tradicionalmente su obispo era cardenal y que ya no lo está haciendo”, dijo Espinoza.
Por su parte, José Luis Pérez Guadalupe opina que sí hay una alta probabilidad de que el arzobispo Carlos Castillo pueda ser designado cardenal. “Lo de las sedes cardenalicias es una tradición, no es una norma. ¿Puede haber tres cardenales peruanos? Sí, como en Chile que hay tres, en Argentina hay cuatro, en Brasil hay cinco. Es altamente probable, porque todavía quedan seis años a Carlos Castillo (hasta que cumpla 75 años)”, comentó a El Comercio.
Espinoza, por otro lado, sostiene que “en este momento no necesariamente el nuevo arzobispo de Lima va a ser cardenal. Sobre todo considerando que ya hay dos cardenales en Perú, a menos que el Papa lo quiera directamente al padre Carlos Castillo en su círculo cercano de asesores”.
- Los cardenales Cipriani y Barreto - El docente Espinoza explica que los cardenales designados por el Papa son considerados como sus “cercanos colaboradores” y, en ese sentido, pueden asumir asuntos específicos. “El Papa busca asociarse de otros obispos que puedan asesorarlo sobre cuestiones concretas. Recurre a ellos para pedirles opiniones y algunos concretamente tienen un rol determinado”, añadió.
En junio del año pasado, Pedro Barreto, arzobispo metropolitano de Huancayo, fue designado cardenal en el nuevo consistorio del Vaticano. Barreto se convirtió así en el quinto peruano en ser cardenal y una de las funciones que asumió fue la preparación del próximo Sínodo para la Panamazonía, que será en octubre de este año.
“El cardenal Cipriani participa de un Consejo de asuntos económicos y en la comisión que ve las cuestiones para América Latina en el Vaticano. Son asesores a los que se les pide opinión”, dijo Espinoza, y continuará con sus funciones sacerdotales. “Cipriani sigue siendo obispo, solo deja de ejercer. Es como cualquier obispo, las funciones episcopales, sacerdotales, sacramentales”, dijo Pérez Guadalupe.
Síguenos en Twitter como @PeruECpe