Mientras conduce su minivan, Mariano López se queja con un tono piurano característico: “Ya pasó la celebración, ya vuelta se olvidaron de este pueblo”. El hombre mira a ambos lados buscando pasajeros, sujeta firme el timón y conduce despacio, en medio de baches, al ingresar a Tangarará, su tierra natal.“Siquiera hubiera pistas, para que más turistas vengan a visitar y se le dé más importancia a este pueblo”, agrega Mariano, cerca de la plaza principal. Saluda a una señora que carga sobre sus hombros dos baldes con agua, toca claxon y se alista para regresar a la ciudad.
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Por un altoparlante se escucha el resultado de un campeonato de fútbol jugado con motivo de las actividades por aniversario. Hace unos días, el pueblo ha celebrado 487 años de su fundación. Ha celebrado es un decir, ya que no se concibe una celebración plena teniendo serias carencias de vida.
Tangarará, el origen de Piura, fue el primer lugar fundado por los españoles en Perú y en el Pacífico Sur. Allí llegó Francisco Pizarro en 1532, en predios gobernados por el curaca tallán Tangar Arac. Por ello es considerada la capital nacional de la transculturización, y por ello la ciudad de Piura conmemora cada 15 de agosto su aniversario número 487.
-En un banco de oro-
Para llegar a Tangarará, en el distrito de Marcavelica, hay tres rutas de acceso: dos trochas carrozables desde la Panamericana Norte (ingresando por los caseríos de Santa Sofía o de Monterón) y por bote, cruzando el río Chira desde el distrito de Miguel Checa, en Sullana.
El visitante tiene desde entonces una primera lectura del modo de vida en esta villa: falta de infraestructura vial. Hay 1.698 habitantes, 460 casas (la mayoría de adobe), un colegio, un puesto de salud, un juzgado de paz, un museo (que abre tres horas al día) y una plaza. No hay comisaría, ni Serenazgo, ni servicios básicos adecuados.
José Camacho, teniente gobernador de Tangarará, señala que al pueblo el agua llega solo dos veces al mes, por cuatro horas. “Tenemos que guardar agua por varios días y ponerle cloro, porque no es totalmente potable. El agua que tomamos a veces nos afecta la salud. Para lavar ropa y hacer funcionar el desagüe tenemos que traer agua del canal”, protesta.
En el año 2005, el Instituto Nacional de Cultura (INC), ahora extinto, declaró a Tangarará patrimonio cultural de la Nación. Más tarde, la villa ha sido declarada sucesivamente zona arqueológica monumental, distrito histórico de Piura y la octava maravilla de la región.Para José Camacho, “todos esos reconocimientos han servido muy poco, porque el Estado no ha mostrado interés en invertir en cultura ni en el desarrollo de nuestro pueblo”.
Según el teniente gobernador, en la reciente ceremonia por aniversario, en julio, “vinieron autoridades distritales y provinciales, como todos los años, a hacer ofrecimientos, pero de ahí nada concreto”. Asegura que, desde hace dos gestiones municipales, hay un proyecto integral de agua y saneamiento que se encuentra estancado.
La encargada del puesto de salud, Rosa Amaya, señala que en Tangarará son comunes las infecciones gástricas y a la piel, debido al consumo de agua de mala calidad. “Hay casos de parasitosis en personas de diversas edades, eso es lo más frecuente aquí”, dice.A ello se suma la falta de medicamentos e incluso de internet para reportar las atenciones. “A veces tenemos que usar internet de nuestros celulares para subir información a la base de datos de la micro red de Salud”, comenta Rosa, técnica en Enfermería.En el colegio San Miguel de Tangarará algunos docentes provienen de otros distritos y se les complica el acceso. Un problema mayor es la deserción escolar, pues hay alumnos de segundo o tercero de secundaria que en las vacaciones acompañan a sus padres al trabajo de campo (agricultura o ganadería), obtienen ganancias y ya no regresan a las aulas.Además, en lo que va del año se han registrado cuatro embarazos adolescentes y una cifra similar de casos de desnutrición infantil.
- Nadie ama lo que no conoce -
Marta Rosas es una tangarareña de 27 años que alterna su día entre labores domésticas y atender el museo local, donde se exhiben ceramios y restos arqueológicos originales. Ella está convencida, al igual que sus vecinos, de que la fecha de fundación de la villa es el 15 de julio de 1532. Pero la evidencia histórica precisa esa fecha en agosto.
En la plaza, Marta muestra una réplica de la cruz colocada por los españoles para fines de evangelización. A un lado, hay una placa que data de 1932, cuando el entonces presidente Luis Miguel Sánchez Cerro conmemoró los 400 años de fundación y consignó, por error, el 15 de julio como fecha de aniversario.Para el promotor cultural Milton Murguía, “hacer entender a la población que la fecha de fundación es el 15 de agosto, y no el 15 de julio, va a ser bien difícil, porque por años han celebrado la semana jubilar de Tangarará a mediados de julio”.Según Murguía, en el lugar hay un potencial histórico por explotar. “Lamentablemente la población es un poco apática, quizás no comprende el significado de ser la primera ciudad fundada en el Perú. Por ejemplo, hace unos años Lambayeque revalorizó su cultura y sus museos; eso es lo que necesita Piura, rescatar su identidad”, dice el especialista.
A diferencia de otras ciudades, que tienen actas de fundación, Tangarará no la tiene. Allí los españoles permanecieron dos años, hasta mudar la ciudad al valle de Morropón, en el sector conocido hoy como Piura La Vieja. Cuarenta años después, la ciudad pasó a Paita, donde en 1587, por un ataque pirata en el puerto, se incendió toda la documentación del corregimiento. Al año siguiente, la población se instalaría a orillas del río Piura.Esos diversos desplazamientos de la urbe generaron confusión por muchos años sobre la fecha precisa de fundación. De junio pasó a julio, luego a octubre y ahora a agosto. En un esfuerzo de resolver el dilema, en enero de 1997 la Municipalidad de Piura convocó a un foro de historiadores al que asistieron profesionales de la talla de José Antonio del Busto y Miguel Maticorena. Ahí se precisó que el día de la fundación fue el 15 de agosto.
Pero la fecha no se hizo oficial hasta el año 2012, cuando finalmente quedó definida. La historiadora piurana Yanina Correa da cuenta de que esa confusión alteró el conocimiento de la historia local, nacional y americana, “ya que distorsionaba el origen de la ciudad de la que partieron los fundadores de las urbes occidentales más antiguas del Perú”.Correa afirma que la historia se ha venido afianzando, pero no ha sido suficiente: “Nuestra historia (de Piura) es muy interesante, porque aquí surge la unión de culturas que da paso al mestizaje del cual somos parte. Siendo así, todo el Perú nace a partir de aquí. Es decir, la historia del Perú no se entendería sin conocer la historia de Piura”.En algunas placas, páginas web y hasta libros de historia aún aparecen datos erróneos de la fundación de Piura, pero afortunadamente hay esfuerzos por rescatar la historia y forjar una identidad. Hace falta atender las necesidades para revalorizar la cultura, partiendo del origen, en pueblos como Tangarará. Allí, donde todo empezó.
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