Después de 40 años, los familiares de la adolescente de 17 años D.S.C.R. pueden tener una tumba para ella. Y es que la menor fue desaparecida en noviembre de 1983 en Ayacucho, la región más golpeada por el terrorismo, después de que agentes de la ya extinta Guardia Nacional la detuviesen durante los años del terrorismo que desangró al Perú.
Este miércoles 29 de noviembre, la Tercera Fiscalía Penal Supraprovincial Especializada en Derechos Humanos e Interculturalidad de Ayacucho logró la restitución de los restos óseos de la víctima a sus deudos.
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La ceremonia contó con la participación de los familiares de la menor fallecida, así como del Equipo Forense Especializado (EFE) y representantes de la Dirección General de Búsqueda de Personas Desaparecidas, del Comité Internacional de la Cruz Roja y de la Asociación Nacional de Familiares de Secuestrados, Detenidos y Desaparecidos del Perú.
Desde 1983 se desconocía el paradero de la menor, hasta que con ayuda del Ministerio Público se consiguió el hallazgo de sus restos en la zona denominada La Hoyada, del fuerte Los Cabitos.
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Los horrores en Los Cabitos
De acuerdo al Informe Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), en Los Cabitos ocurrieron graves violaciones de derechos humanos. Las víctimas que fueron detenidas y retenidas de forma arbitraria en el lugar para ser sometidas a actos de tortura con la finalidad de que confiesen su supuesta afiliación a la agrupación terrorista Sendero Luminoso. Luego eran desaparecidos.
Más del 50% eran hombres y muchos eran, además, menores cuyas edades oscilaban entre los 14 y los 17 años, como en el caso de la adolescente D.S.C.R.
En “La Hoyada”, zona aledaña a Los Cabitos se hallaron fosas en las que 109 personas fueron enterradas. Allí también existía un horno crematorio que fue utilizado para incinerar y desaparecer los restos de las víctimas.