La belleza de los coloridos murales y la densa vegetación de la plaza de armas de Tamburco se ve empañada por montañas de basura que se acumulan en algunas esquinas. Este triste contraste es apenas una pequeña muestra del gran problema que desde inicios de marzo enfrenta Abancay, luego de que se ordenara el cierre del único botadero de la ciudad.
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Como parte de la campaña Peruanos que Suman de El Comercio y el BCP llegamos hasta el valle de la eterna primavera para conocer a Melenia Díaz, fundadora de Vive Apurímac, una iniciativa de jóvenes que buscan generar conciencia medioambiental entre sus vecinos.
“Como ciudadanos tenemos derechos que muchos no conocen, pero sobre todo ignoramos que también tenemos deberes. Es muy raro que nos preguntemos qué podemos hacer para solucionar algún problema de nuestra comunidad”, reflexiona la joven de 23 años.
Asegura que su compromiso cívico fue inculcado en su natal Huancarama, Andahuaylas, por sus padres, María Zúñiga y Martín Díaz. “Yo vengo de una familia bastante humilde, en la que te enseñaban a valorar la comida, el trabajo y la ayuda en el hogar. Mi padre, además, llegó a ser presidente de su comunidad pese a no haber terminado sus estudios primarios gracias a que le interesaba genuinamente resolver los problemas de sus vecinos”, cuenta.
El esfuerzo de sus padres le permitió a Melenia estudiar Ciencias Políticas en la Universidad Nacional Micaela Bastidas, una carrera de la que se ha graduado hace pocos días. Su paso por las aulas, además, marcaría su camino como voluntaria.
En el 2020 se unió como voluntaria de la Red Mundial de Jóvenes Políticos de Apurímac. Con la llegada de la pandemia de COVID-19 y ante la imposición de la cuarentena, promovió eventos educativos y ambientales a través de las plataformas virtuales.
En unos pocos meses, Melenia pasó de ser voluntaria a encargarse de las comunicaciones y posteriormente dirigir a la organización juvenil en su región. Durante esa etapa se implementaron proyectos como “Dale una mano a la naturaleza”, que consistía en limpiar lugares turísticos para sensibilizar a la población y promocionar los atractivos de la región; además de crear tres “Bibliotecas rurales”, un programa en el que recolectaban libros para luego donarlos a alguna comunidad cercana.
Cumplido su periodo al frente de la organización juvenil, Melenia dio un paso al costado pero mantuvo su interés por el activismo, sobre todo el ambiental. “Uno de mis sueños es que la conciencia ambiental se arraigue en cada ciudadano, comprendiendo que todos podemos aportar desde nuestros propios espacios, ya sea en nuestro barrio, comunidad o región”, asegura.
Impulsada por ello, en el 2023 creó Vive Apurímac, donde se encarga de reunir a jóvenes locales para sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de la protección ambiental. El grupo ha realizado diferentes actividades que incluyen la limpieza de las calles de la ciudad, la recolección de residuos sólidos en centros turísticos y actividades para concientizar sobre urgencias ambientales, como cuando hace poco se unieron a la recolección de firmas para derogar la Ley Antiforestal N° 31973.
“Fue todo un reto. Yo me sentía impotente de ver a la Amazonía en peligro y no hacer nada, así que nos unimos a Ecohuella y recogimos más de 500 de las 5 mil firmas que se necesitaban a nivel nacional”, cuenta la joven.
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