“Perú es un ejemplo de inspiración en Sudamérica”, decía emocionado Gustavo Ramírez ante la ovación de los miles de asistentes a la entrega de los Latin Grammy 2023, celebrada en la ciudad española de Sevilla el último noviembre, luego que junto al artista urbano Kayfex fueran galardonados con el premio a “Mejor diseño de empaque”.
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Como parte de la campaña Peruanos que Suman de El Comercio y el BCP hemos llegado a la ciudad de Ayacucho para conocer al director de arte detrás de Atipanakuy Deluxe, el álbum que ha conquistado el mundo artístico luego de fusionar milenarias técnicas utilizadas durante generaciones por los artesanos de la región con expresiones musicales modernas.
El arte estuvo presente en la vida de Gustavo desde muy joven. Hace 30 años, cuando aún asistía al colegio, descubrió su pasión por la fotografía y el dibujo llegando a participar en la elaboración de los primeros ‘fanzines’ de la ciudad.
El tiempo lo llevó a perfeccionarse con el lente y su trabajo se comenzó a publicar en distintos medios, tanto peruanos como internacionales. Las fotografías de Gustavo han sido incluidas en prestigiosas publicaciones tales como la revista Science, la agencia Getty Images, la BBC, NHK y diferentes agencias noticiosas de Suecia y Noruega, por solo mencionar algunos.
En paralelo, comenzó a desarrollar proyectos visuales en la industria musical. En ese camino conoció a su coterráneo Kayfex, además de otros artistas como Isabela Merced, Vibarco, Magaly Solie o Renata Flores.
Durante toda su carrera, asegura, Ayacucho ha sido su fuente inacabable de inspiración. “Mi centro de desarrollo del arte es Ayacucho, yo no puedo hacer arte sobre identidad peruana estando en otro lugar. La razón es que Ayacucho concentra la mayor cantidad de expresiones culturales del país. Es el arte popular, heredado de las culturas preincas e inca”, cuenta desde su estudio.
Para poder comprender mejor estas tradiciones Gustavo ha convivido por largas temporadas con los artesanos de la región, algo que le ha permitido ver el mundo a través de sus ojos. “Mucha gente estudia antropología y se especializa en el arte, pero tienen un problema y es que no viven donde está la acción. Muchos hablan de los waris desde Nueva York o Europa, pero una cosa es conocer el dato y otra comprender. En mi caso busco estar cada vez más adentro del país, convivir con los artistas, conocer a los artesanos, viajar a las comunidades. Tienes que integrarte a nivel humano con ellos y profundizar en la observación, en su forma de hablar, de pensar, de sentir, en su comicidad”, explica.
Según el director de arte, esto le permite respetar cada pieza en la que se inspira o incluye en sus producciones. Así sucedió con la portada de Atipanakuy, inspirada en el retablo ayacuchano y cargado de iconografía propia de la zona.
Ganar el Grammy Latino con dicho trabajo, asegura Gustavo, significó dejar de lado su nombre personal para pasar a llamarse Perú.
“Es increíble, es el honor más grande que puede recibir un artista latinoamericano. Después de eso sigue un Oscar”, ríe emocionado. “Es un honor, la vida cambia, la mía cambió totalmente. Toda la gente se ha fortalecido con el premio, en Ayacucho, en Lima, ellos mismos sienten que han ganado. Y justamente eso buscábamos, tener un premio de país”.
Por el momento, el trofeo se encuentra resguardado en el taller que el artista posee en Lima, muy pronto habrá una ceremonia especial para presentárselo al público nacional, asegura.
Hasta entonces, el trabajo no puede parar. Mientras conversábamos, Gustavo daba los últimos vistazos al videoclip “Amarre” de Kayfex y Milena Warthon, el cual dirigió y confía en que dará la sorpresa en los próximos premios de la Academia. “Estoy contento porque el público peruano demuestra que valora lo que estamos produciendo”, afirma.
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