Decenas de minivanes repletas de turistas abarrotan el estacionamiento de la Casa Campo Alcor, a las afueras de la ciudad de Trujillo. Los curiosos visitantes se acomodan rápidamente en sus mesas, mientras Arturo Cornejo anuncia por los altoparlantes que el show está a punto de comenzar. De repente, se abren las puertas de las caballerizas y un chalán recorre el campo central llevando una enorme bandera blanquirroja. Póngase cómodo, el espectáculo de los caballos de paso ha comenzado.
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Como parte de la campaña Peruanos que Suman de El Comercio y el BCP llegamos a la capital de La Libertad para conocer al empresario detrás de uno de los destinos recomendados por el Ministerio de Turismo a todo el que visite la capital de la marinera.
Originario de Trujillo, Arturo Cornejo pasó casi toda su infancia y juventud en Miami. Durante su estancia en el país norteamericano, recuerda las innumerables ocasiones en las que le preguntaron sobre la cultura peruana, especialmente sobre los caballos de paso.
Por ello, en el 2007, cuando regresó al Perú junto a su socio Federico Alcázar, decidieron lanzar una propuesta en la que el público pudiera conocer de cerca y disfrutar de un espectáculo de calidad en la que esta raza única de equinos sean los protagonistas.
“De inmediato nuestra propuesta tuvo una gran aceptación del público trujillano y sobre todo de los turistas que pasaban por la ciudad”, comenta Arturo, mientras en la plaza central una pareja cabalga al ritmo de una tradicional marinera.
Si bien se trata de un negocio familiar, el empresario confiesa que la verdadera misión de la casa campo es la preservación y democratización de esta tradición.
“Lamentablemente el caballo de paso está vinculado a una élite social. En Trujillo hay una concepción un poco desdibujada sobre el caballo de paso, pero es porque muchos chicos y chicas no tenían acceso a él”, advierte.
“Por eso nosotros decidimos abrir las puertas para todo el público. Acá brindamos talleres de equitación para personas de todas las edades que, al igual que este show artístico, se da todos los días, de lunes a domingos. ¡Hasta feriados! Menos Navidad y Año Nuevo”.
Arturo considera que esta vinculación entre el caballo peruano de paso y la élite social se remonta a la dictadura de Juan Velasco Alvarado, una etapa en la que la crianza de esta especie enfrentó grandes desafíos especialmente por la expropiación de haciendas como parte de la reforma agraria.
“Sin embargo, y gracias a voluntades muy particulares, la raza sobrevivió. Nosotros valoramos lo que hicieron esos criadores de antaño y recogimos sus enseñanzas para seguir transmitiendo esta estampa”, explica.
Actualmente, el caballo peruano de paso goza de un enorme reconocimiento en el país y en el extranjero. Los espectáculos que brinda la Asociación Nacional de Criadores en el Fundo Mamacona, por ejemplo, convoca a especialistas de Argentina, Uruguay, España o Francia, por solo mencionar algunos países, que quedan admirados por el garbo de esta raza.
“Viendo hacia el futuro identificamos que la amenaza más grande que podría cernirse sobre la especie sería que la gente deje de apreciarla como hoy lo hace, tanto en el Perú como en el extranjero. Por eso desde nuestra tribuna queremos transmitir esta tradición en nuestra región y en todo el país. El caballo de paso solo se extinguirá si los niños no saben qué representa”, asegura.
Arturo, de repente, hace una pausa en la conversación. “Va a salir mi padre”, dice mientras don Gastón Cornejo, de 88 años, aparece en escena cabalgando. “Mi padre se dedicó desde pequeño a la doma de caballos de paso en Camaná. Después de años de trabajo decidió que su jubilación estaría destinada a lucir esta magnífica especie en nuestros espectáculos”, cuenta orgulloso.
El recorrido de don Gastón cierra con una ovación. Los visitantes hacen fila esperando fotografiarse con los artistas y los imponentes animales. Pocos minutos después la arena está despejada, los caballos han vuelto a las caballerizas y los camareros recogen las mesas.
“Ahora toca preparar todo para mañana. ¿Ya te conté que hay espectáculo todos los días?”, recuerda Arturo.
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