Todo indica que la invocación del presidente Ollanta Humala en víspera del proceso electoral para que los ciudadanos no regalen sus votos a candidatos prontuariados cayó en saco roto.
“Debió hacerse antes y con más fuerza. Ha debido hacerse una campaña unitaria [...], no solo por el presidente sino por varias autoridades. Elegir a una persona prontuariada a la larga te perjudica a ti y a tu futuro”, advirtió el analista Carlos Eduardo Aramburú.
Lo que ocurre es que los resultados parciales de ayer muestran que diversos postulantes cuestionados, con procesos pendientes o archivados, con condenas y hasta dos autoridades presas –Gregorio Santos y Kléver Meléndez– han recibido el apoyo popular. ¿Qué ha ocurrido?
“Las elecciones se han basado en lealtades personales, en campañas financiadas por sectores informales o mafias. El factor económico ha influido mucho en convencer a un electorado que no tiene la cultura política para tomar decisiones en base a propuestas. Esto explica que haya presencia de personas cuestionadas y prontuariadas, lo que es una desgracia”, señala Aramburú.
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Añadió que en una democracia la gente tiene lo que vota. “El responsable es el ciudadano. Aquí no hay que echarle culpa a nadie”, dijo.
Aramburú espera que en las 18 regiones en las que habría segunda vuelta triunfen las propuestas técnicas. No obstante, acotó que la alta indefinición en las regiones revela también la fragmentación del voto y la debilidad de los liderazgos. “Como no están basados en propuestas sino en personas, hay una pelea muy fuerte que a veces llega hasta el delito”, indicó.
DESAPARECEN PARTIDOSEl mapa electoral que se ha dibujado ayer muestra otra vez que los partidos políticos prácticamente desaparecen frente a los movimientos regionales.
“Hemos avanzado muchísimo en reducción de pobreza, modernidad, celulares y crecimiento de clase media, pero nuestra cultura política está todavía en pañales y no hay democracia sin partidos políticos”, comentó Aramburú.
Ayer, un preocupado Mauricio Mulder (Apra) se quejó de que el JNE y la ONPE “persiguen burocráticamente” a los partidos políticos mientras que a los movimientos regionales les exigen menos requisitos y trámites. “No se puede competir contra eso. Hay 17 mil movimientos independientes en todo el Perú. No hacen elecciones internas, no rinden cuentas etc.”, acotó.
LIMA: VARIOS PERDEDORES En Lima los perdedores se multiplicaron y dos ganadores asomaron. El tercer puesto de Susana Villarán, la gran perdedora, enarbola la derrota de una izquierda que llegaba al poder después de casi 30 años (Alfonso Barrantes 1983) y que ve cualquier posibilidad presidencial reducida.
El fujimorismo perdió presencia en Lima y en el interior del país a pesar del apoyo visible de Keiko Fujimori, y el PPC vio reducida fuertemente su presencia distrital en Lima (tenía 15 alcaldes en funciones y proyecta 7) a pesar de que Lourdes Flores Nano también acompañó a algunos candidatos. Esto ocurre cuando están por cumplir 50 años de vida partidaria.
El ganador de las elecciones fue Luis Castañeda, pero Enrique Cornejo, del Apra, logró un triunfo político sustentando su campaña en propuestas más que en bailes. “No vamos a ser tan ‘lornas’ de elegir el candidato, lanzarlo y no darle el apoyo. Todo ha sido perfectamente concatenado. Noventa años de experiencia no se tienen así nomás”, señaló Mulder sobre la supuesta falta de apoyo de Alan García.
A renglón seguido, lanzó una frase que proyecta lo que serán los próximos meses: “Mañana comenzamos la campaña del 2016”. Habrá que ver cómo aprovecha el Apra esa inusitada votación en Lima.