Una mirada al mapa electoral puede ayudarnos a entender el alto contraste en la votación de la segunda vuelta. Por un lado, un candidato arrasó en distritos con escasos recursos y con alta conflictividad social; y, por el otro lado, una candidata se impuso con altas votaciones solo en distritos de la capital con altos niveles de ingresos per cápita.
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El contraste planteado se observa [ver mapa] cuando revisamos los distritos donde los candidatos obtuvieron votos válidos por encima del 75%. Es decir, las localidades donde arrasaron a su contendor. Dentro de esas brechas existen varios matices por analizar: por ejemplo, solo uno de los candidatos registra votaciones por debajo del 10% de los votos válidos.
Keiko Fujimori obtuvo menos del 10% de los votos válidos en 250 distritos. Podría no ser significativo si tenemos en cuenta que tenemos más de 1.800 distritos en el ámbito nacional, pero una mirada a la ubicación de estos distritos brinda más claridad en el panorama. Más del 50% de los 250 distritos donde Fujimori obtuvo menos del 10% se ubican en Puno y Cusco.
Esto se ratifica también en el ámbito provincial. En Chumbivilcas (Cusco), Fujimori sacó casi cinco veces menos votos que en la elección presidencial del 2016.
“Tienes un montón de mapas que te pintan ya toda la zona, como si toda la zona fuera fujimorista o radicalmente castillista. Pero acá tú tienes que eso solo ha ocurrido, por ejemplo, en unas zonas de Lima Metropolitana. En el norte no hay casi nada, ha ganado Keiko pero no ha arrasado. En Ucayali, es increíble ver dos distritos vecinos con votos diametralmente distintos. Y de ahí en el centro sur, pero más que todo sur, con ese voto monolítico”, explica el analista político Gonzalo Banda.
Para él, es momento de dejar de calificar al comportamiento electoral del sur como un “voto antiestablishment”. “Son causas relacionadas con el sistema de representación política, con la falta de presencia del Estado, con una agenda anticentralista, con una agenda en algunos lugares antiextractivistas. Muchas zonas que votan por Castillo iban a ser impactadas con la promesa del bono del canon minero. ¿Qué pasa si a la gente, a pesar de que le dices que van a tener plata, te dicen que no les importa? Es bien duro eso, porque estás subestimando la demanda. La demanda claramente no es dinero”, explica.
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El analista añade que el gran ‘boom’ de riquezas mineras no ha dejado estelas de desarrollo inclusivo en el sur. Entre el 2008 y el 2010, el ‘boom’ de minerales generó el famoso óbolo minero, que constituyó el financiamiento de obras. “En Arequipa se hicieron intercambios viales, pero jamás se apostó por un hospital grande. El hospital donde hoy se combate el COVID-19 en Arequipa es un hospital con más de 70 años, porque lo hizo Odría. El otro hospital nacional de Arequipa tiene casi 50 años”, dice.
Banda añade que los distritos que votaron a favor de Castillo tienen en común que cuentan con una gran actividad agrícola artesanal. Precisa que no es igual a la gran actividad agrícola de la industria costeña del norte, pues se trata de una agricultura de subsistencia. Tienen proyectos mineros grandes: con gran exportación de riqueza, pero poca devolución.
Roxana Barrantes, economista e investigadora principal del Instituto de Estudios Peruanos (IEP), brinda como hipótesis que no se trata de dinero, sino de poder. “Lo que quieren los ciudadanos es ser tratados con respeto, es no ser engañados, es ser respetados en su diversidad cultural, etcétera. Ninguna propuesta del estilo ‘toma plata’, si proviene de alguien identificado con quienes operan las minas, va a ser tomada en serio o con respeto”, dice la economista.
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— El desunido norte —
Se suele ver a la costa norte como un bastión fujimorista, pero la realidad es que el territorio no es tan homogéneo. El politólogo Paulo Vilca explica que en esta elección los territorios más ligados al mercado y con mayor desarrollo económico, presentes sobre todo en la costa del país, han apostado por el fujimorismo.
“El voto de Fuerza Popular se concentra más en ciudades, los centros urbanos que están ubicados en la costa, donde hay mayor movimiento económico, cierto desarrollo agroindustrial u otro tipo de industrias. De alguna manera son los sectores que están más conectados al mercado, que presentan mejores indicadores socioeconómicos”, explica Vilca.
Este mismo patrón se observa en Lambayeque y La Libertad, aunque estas regiones muestran mayor número de provincias que apoyaron a Pedro Castillo. Más de la mitad de las provincias de La Libertad y una de las tres provincias de Lambayeque tuvieron a Perú Libre como ganador.
Sin embargo, Vilca considera que el rol de los actores económicos ha favorecido a la candidata de Fuerza Popular. La influencia de grandes empresarios vinculados a la agroindustria ayuda a explicar la diferencia en el voto entre la costa y la sierra de estas regiones.
“Eso no encuentras en otras partes, industrias que apuesten políticamente por un sector. En cambio, desde Ica hacia el norte sí tienes esos actores. Tienes industria donde, además, una característica distinta es que emplean mucha mano de obra. Eso tiene también un peso”, comenta.
El caso Chumbivilcas y la eterna exclusión
Melissa Valdivia – Colaboradora en Cusco
Pedro Castillo llegó a Chumbivilcas la tarde del 19 de marzo en lomos de un caballo. Llegó a la plaza, dio un discurso y se fue. Los habitantes de la zona lo recuerdan como el primer candidato que incluye esta localidad en su campaña.
La provincia de Chumbivilcas concentra 56.501 electores. En la primera vuelta, Castillo obtuvo cerca del 70% de votos. Fuerza Popular obtuvo el 1%.
De las 13 provincias de Cusco, esta fue la que tuvo el mayor porcentaje de votos para Perú Libre en la segunda vuelta: 96,4%.
Frany Mendoza, secretario del Comité Provincial Chumbivilcas de Perú Libre, explica que el partido formó bases en los ocho distritos de la provincia en estos últimos años. “No ha sido un problema organizarnos, porque ya teníamos equipos de trabajo establecidos”, comenta.
Guido Bellido, congresista de Perú Libre por Cusco, indica que el elector de esta región sintió una identificación con Castillo por sus niveles de exclusión y abandono del Estado. “El respaldo es al plan de gobierno que aborda la problemática de nuestra región”, expresa.
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El rol del maestro rural en la larga campaña
Carlos Fernández – Colaborador en Puno
Para el secretario del Comité Ejecutivo de Perú Libre en la región Puno, Adolfo Iruri, en el caudal de votos obtenidos por Pedro Castillo en la región del altiplano fue fundamental el trabajo de la organización gremial magisterial y las autoridades comunales de las áreas rurales.
“El magisterio ha sido un elemento importante para articular este proceso electoral, en la medida en que él siempre está presente junto a su pueblo, entendiendo que en el sector rural no hay presencia del Estado. El maestro hace de juez, autoridad y organizador”, indica Iruri.
El partido político tiene comités ejecutivos en las 13 provincias y 110 distritos; en ellos se llevaron a cabo plenarios públicos donde se desplegaba un adoctrinamiento político partidario, y además se obtenían aportes económicos en especies.
El papel de las redes sociales, bastante extendido por la presencia de Internet en casi toda la región, también jugó un rol importante, al ser el medio de comunicación que permitía extender la información partidaria de forma masiva.
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La contienda desde los cerros de Carabayllo
Gladys Pereyra – Sección Nacional
Aunque Keiko Fujimori ganó en todos los distritos de Lima Metropolitana, Castillo obtuvo más de 1′900.000 votos. De hecho, a comparación de la primera vuelta (337.000 votos), el crecimiento fue de 463%.
Las mayores adhesiones se dieron principalmente en distritos de Lima norte y Lima este. Carabayllo fue en el que más creció: 33,49% puntos porcentuales más frente a lo obtenido el 11 de abril. Pasó de 15.000 a 75.000 votos.
El profesor Emerson López, el jefe de la campaña de Perú Libre en este distrito, explica que para la segunda vuelta contaron con 18 bases zonales. “En la primera vuelta, el magisterio y los militantes de Perú Libre batallamos solos. La población no conocía el logo”, dice. La estrategia esta vez se basó en recorrer zonas altas o alejadas.
Para López, director de un colegio particular, dirigente vecinal y excandidato al Congreso, uno de los principales problemas del distrito es la falta de agua potable, especialmente en esos lugares.