MARTÍN LEÓN ESPINOSA
No hay gobierno que escape a una crisis. Generalmente, el manejo de estas dificultades, combinado, por ejemplo, con el incumplimiento de las promesas electorales o el desempeño gubernamental, motiva que la aprobación presidencial aumente o disminuya.
Para el analista político Luis Benavente, es una constante que a los dos años de gobierno la popularidad de los mandatarios adopte tendencia decreciente, pues hay un “agotamiento del gobierno”, aunque aclara que los factores que originan la pérdida del respaldo son distintos en cada gestión.
Agrega que “después de dos años de gobierno, la situación política se vuelve inestable para buscar acuerdos políticos. El gobierno trata de resolver los problemas del día a día sin mayor control de largo aliento”.
Añade que “el bajo grado de institucionalidad en el Perú –reflejado en el sistema de partidos políticos– hace del Perú un país ingobernable”.
Este mes, Ollanta Humala registró el nivel de aprobación más bajo desde que inició su gobierno, en julio del 2011: 33%, según la última encuesta nacional urbano-rural de El Comercio, realizada por Ipsos Perú. Si se compara con el anterior sondeo urbano-rural, de diciembre del 2012, Humala bajó 15 puntos.
Varios factores coyunturales explican la caída de Humala en las encuestas en los últimos meses: el intento de comprar la transnacional Repsol, el indulto negado a Alberto Fujimori, la criticada candidatura de Nadine Heredia, la cual fue tardíamente negada por ella misma y las declaraciones del mandatario sobre la repartija.
La afirmación es cierta en esos casos, pero si se compara con el primer gobierno de García o con los dos períodos de Alberto Fujimori, estos gozaban de mayor aprobación al ingresar al tercer año.
Lo que sí es muy parecido en los gobiernos de los últimos 30 años es un mayor descenso de la aprobación presidencial a partir del tercer año de mandato (los primeros cinco años de Fujimori son un caso especial debido al autogolpe de 1992). Hay varios hechos coyunturales que ilustran la disminución de la aceptación de los últimos presidentes.
GOBIERNOS DE ALAN GARCÍA Alan García inició el primer gobierno aprista (1985-90) con una aprobación presidencial de 83%, según un informe de opinión que realizó el Grupo Apoyo. Sin embargo, el optimismo de los primeros años cambió por los problemas económicos del país, que llevaron a García a anunciar la estatización de la banca en su mensaje del 28 de julio de 1987. Pocos meses después, en noviembre de ese año, su aprobación llegó al 38%. Un año después no pasó del 20%.
García comenzó su segundo gobierno (2006-2011) con una aceptación de 63%, pero al inicio de su tercer año ya había descendido al 19%, según Ipsos Perú. El rechazo a García se acentuó tras el escándalo de los ‘petroaudios’, que llevó a la caída del primer Gabinete de su gobierno, encabezado por Jorge del Castillo, y el conflicto en Bagua, en junio del 2009.
MANDATOS DE ALBERTO FUJIMORI El caso de Fujimori es distinto al resto porque tuvo dos períodos consecutivos y hubo un autogolpe y un cambio de Constitución. Sin embargo, Fujimori también tuvo un gran descenso en su aceptación debido a sus maniobras para elegirse por tercera vez a través de la interpretación auténtica de la Constitución, así como la destitución de magistrados del Tribunal Constitucional, que llevó a múltiples protestas ciudadanas. En julio de 1997, la aprobación de Fujimori cayó a 23%, según un sondeo de Apoyo de ese mes.
PERÍODO DE ALEJANDRO TOLEDO La aceptación de Toledo empezó en 59%, según una encuesta de Apoyo de agosto del 2001. Pero para su tercer año cayó sustancialmente. Tanto así que llegó al 12% en agosto del 2003. Tras la renuncia de Raúl Diez Canseco a la vicepresidencia por un escándalo ocurrido en noviembre del 2003, y la salida de Beatriz Merino del Gabinete, la aprobación de Toledo descendió a 8% en abril del 2004, la más baja que ha tenido un presidente a la fecha