Vladimir Cerrón reveló que la exministra de la Mujer y presidenta de Nuevo Perú (NP), Anahí Durand, es trabajadora del gobierno (ver el documento que difundió Cerrón y ver el que consignamos nosotros, donde se incluye su ingreso mensual de S/17.400). Lo hizo con malicia y regocijo, pues desde el día uno de Pedro Castillo, se estableció una pugna intestina entre cerronistas y lo que estos llaman, con pica y resentimiento, caviares.
Tras la salida de Mirtha Vásquez, ‘caviar’ funcional a NP a ojos del cerronismo, y de los ministros Pedro Francke y Anahí Durand, el 1 de febrero; Cerrón recuperó su cuota de poder. Los tres ministros fueron empujados a renunciar de mala manera, prácticamente expulsados del gobierno; de modo que la militancia de NP presumió que habría un paulatino viraje hacia la oposición. Ruth Luque, portavoz de la bancada, dio señales en ese sentido. El resto de la bancada tardó más en hacerlo. El partido, demoró aún más, y con la contradicción fatal de tener a su presidenta Durand reenganchada secretamente al gobierno. Luque se sintió tan molesta con la dirigencia, que, según fuentes de El Comercio, pidió licencia hace unas semanas. El Comité Político se la denegó, pero ello no impidió que marcara distancia.
La bancada, llamada Juntos Por el Perú (JPP) porque ese es el partido que prestó la plataforma para la candidatura de Verónika Mendoza, es disímil: está Roberto Sánchez, el único dirigente de JPP, que se mantiene al lado de Castillo como actual ministro de Comercio y Turismo. Isabelita Cortez, dirigente del Sitobur (Sindicato de Obreros de Limpieza Pública) es invitada independiente y más afín al castillismo de Sánchez. Sigrid Bazán y Édgar Reymundo, que sí están en la órbita de NP, han dado pocos, tardíos, casi renuentes gestos de oposición. Bazán se sumó a la censura del ministro de Salud, Hernán Condori; y ahora promueve una interpelación al ministro de Interior, Alfonso Chávarry. Reymundo, que es congresista por Junín, ahora sintoniza con la furia antigobiernista de su región.
Verónika los abandonó
La crisis de NP estaba cantada para muchos analistas desde que se hizo claro que la debacle del castillismo era de tal magnitud que afectaría inevitablemente a sus aliados. Por eso mismo se esperaba que el deslinde llegara antes de la expulsión de febrero. El 15 de enero, Verónika Mendoza difundió una carta autocrítica en la que procesaba el fracaso de no haber logrado la inscripción de partido a tiempo para participar en las elecciones locales de este año y la decisión controvertida de haberse aliado con Castillo. Es más, señalaba vagamente una ruta de salida del gobierno.
Sin embargo, Verónika hizo una apuesta absolutamente contradictoria con la autocrítica que había esbozado. Ofreció que no postularía a ser reelegida como presidenta del partido y en su lugar propuso (no lo dijo en la carta, pero así lo hizo) a Anahí Durand como su sucesora, precisamente a quien encarnaba ese vínculo castillista que el partido tenía que romper para reciclarse. Y vaya que Anahí encarnaba el vínculo. El día que renunció Mirtha Vásquez y cuando se podía presumir que Castillo recompondría el gabinete sin ellos, según revelaron fuentes de El Comercio, Francke propuso renunciar, pero Durand se resistió.
Mira: Así fue la ruptura de Castillo con Nuevo Perú, a pesar de Anahí Durand.
Desde entonces, mientras figuras de la izquierda viraban al anticastillismo y Luque hacía gestos opositores en el Congreso, Durand, flamante presidenta de NP, postulaba un ‘acompañamiento crítico’ al gobierno y sostenía: “creo que el presidente Castillo es un hombre honesto”.
Pero había mucho más. Según fuentes de la izquierda y del gobierno, Durand lleva semanas trabajando en la PCM, asesorando al primer ministro Aníbal Torres. No aparece en el directorio de funcionarios pues se recurrió al FAG (Fondo de Apoyo Gerencial) que maneja el MEF y asigna discretamente funcionarios al sector público.
Por cierto, hay varios ‘FAG’ en Palacio; otro de ellos es el asesor del presidente, Biberto Castillo. No conocemos los detalles del contenido de la asesoría de Durand a Torres, pero una fuente de El Comercio nos ha contado que ella misma propuso ser jefa del gabinete de asesores en lugar de Manuel Larrea Sánchez. Torres le habría dicho que podría tomar esa decisión pasada la votación de la segunda moción de vacancia, pero no fue así.
Todo esto Durand se lo había hecho saber al partido tiempo atrás, pero recién tras el destape público, ha compartido más detalles con el Comité Político y puesto su cargo a disposición. El partido la ha separado. Le hemos preguntado a Enver León, el secretario general, su versión. No nos ha contestado. También llamamos a Anahí Durand para que nos cuente en qué consiste su asesoría, pero no nos ha respondido. Luque mantiene su condición de portavoz y, al cierre de estas líneas, evaluaba hacer un pronunciamiento. He aquí la historia de una dirigente con vocación de renuncia; pero de renuncia al partido que presidía antes que a su vínculo con el gobierno.
*Actualización. Anahí, tras la difusión de esta crónica, ha publicado el siguiente comunicado.
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