Que la gestión del presidente Ollanta Humala sume su sexto ministro del Interior comprobaría que, como en su momento dijo el congresista Daniel Abugattás, el cargo parece venir “con una silla eléctrica” incorporada.
Por ello, y ante lo inesperado de su salida, se ignora qué medidas dejará Walter Albán a su sucesor, Daniel Urresti, para atender los siguientes aspectos, necesarios para el buen funcionamiento del sector.
Corrupción en casi todos los niveles de la institución policialLa policía se degrada a diario con acciones delictivas que van desde robos de combustible – que, según videos difundidos por la prensa, se cometieron con la complicidad de agentes de la Dircote –, hasta sobornos con piñas en la Carretera Central y cuotas de S/.6 en provincias por pasar por alto infracciones de tránsito. En el 2013, Inspectoría de la PNP informó haber recibido 5.000 denuncias por presunta inconducta de agentes del país. Sin embargo, a julio de ese año, solo 1.025 culminaron en sanción.
Compra y venta del descanso de los policías para el patrullaje a pieLa eliminación del 24x24, sistema que desde 1994 da un día libre por cada día trabajado, sigue siendo una promesa trunca. La falta de presupuesto para subir los sueldos de los agentes, así como presuntas argollas en los ascensos dificultan su puesta en marcha y debilitan el patrullaje en las calles. Hoy tenemos un policía por cada 2.000 habitantes; el estándar internacional es de uno por cada 250.
Falta de comunicación con las comunas y los gobiernos regionalesPor tercer año, gobernantes locales lamentaron haber perdido presencia en la elaboración de planes contra la inseguridad.