El ministro del Interior, Daniel Urresti, fue el plato de fondo de la jornada inaugural del CADE 2014, que se realiza en Paracas (Ica).
“Odio [a] los que se sientan a decir ‘hay que hacer esto’. Los odio porque son el lastre de toda organización. Lo importante es que cuando tenemos la oportunidad tenemos que hacerlo” fue una de las primeras frases que soltó en su presentación, aparentemente en referencia a los que critican su gestión.
El ministro, además, hizo un recuento de sus planes, sobre todo en el campo de la seguridad ciudadana, y en varios momentos de su presentación fue aplaudido por los asistentes por sus promesas y por el estilo que tiene para hablar.
Sobre la inseguridad ciudadana, dijo que hay una decisión política para resolverla. “Estamos haciendo lo posible para revertir la situación. Esperamos que los resultados se vean pronto”, señaló sobre la voluntad del gobierno de Ollanta Humala para reducir el problema.
“La falta de seguridad es un problema real en el Perú. Lo primero está en reconocerlo y hay que hacer algo”, aseveró en otro momento, marcando distancia con aquellos que dicen que solo es una percepción.
Después dijo que su sector está trabajando en paralelo diversas cosas. “Tenemos que pelear hacia dentro, hacia fuera, contra los medios. Tenemos el compromiso y tenemos que seguir adelante”, dijo después sobre lo que hace su gestión.
Urresti recordó que las comisarías del país están en crisis, que es necesario implementar la institución policial y que no hay la cantidad suficiente de policías. Recalcó que, a nivel logístico, la Policía Nacional está en los años setenta.
Según comentó, se está tratando de luchar contra esas dificultades. Para justificar sus dichos, anunció la compra de unos 4.000 patrulleros y 3.000 motocicletas. Adelantó que en unos días se destinarán 1.000 efectivos a Trujillo y 500 a Chimbote, dos ciudades muy afectadas por la delincuencia. También prometió la construcción de un nuevo hospital para la policía.
Urresti después se refirió a la lucha contra los extorsionadores y la delincuencia común. Habló de un proyecto de ley –que ya está en el Congreso– para fiscalizar la compra y el uso de armas de fuego. Además, prometió que en cinco meses se acabará con el mercado de celulares robados.
Otro tema que el ministro expuso largamente fue el de la lucha contra el tráfico ilícito de drogas. “En tres meses hemos batido todos los récords de incautación de insumos químicos”, dijo.
Para ello, informó, se están usando escáneres móviles. “Son iguales a los rayos X de los aeropuertos. No se pasa nada”, aseguró.
En su presentación también prometió acabar con la comercialización de droga en el bulevar de Asia. “Vamos a pacificarlo. No vamos a dejar que se venda droga”.