El ex comandante general del Ejército, el general de División (r) José Vizcarra, afirma que a las presiones que recibió del ministro de Defensa, Walter Ayala, y del secretario general de Palacio de Gobierno, Bruno Pacheco, para beneficiar indebidamente a una terna de oficiales en el proceso de ascensos, se deben de sumar las del propio presidente de la República, Pedro Castillo. Sobre este último, el general en retiro cuenta con evidencias que acreditan lo que pretendió hacer el mandatario. Se trata de mensajes de WhatsApp que Vizcarra presentará esta tarde en la Comisión de Defensa del Congreso. Pero antes adelanta su contenido en la siguiente entrevista.
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¿Cuáles fueron esas presiones exactas que recibió?
Antes que nada, me gustaría que conste que no es de mi agrado realizar este tipo de declaraciones en vista que se habla del Ejército. Pero es conveniente hacerlo en función a las últimas declaraciones que hizo el ministro de Defensa. El cinismo en las declaraciones que dio me obligan a tener que decir la verdad.
¿Y cuál es esa verdad?
Quiero puntualizar que ni el señor presidente ni el ministro de Defensa ni el actual comandante general del Ejército (general de División Walter Córdova) me avisaron de la decisión de mi pase al retiro. Yo tuve conocimiento de ello el 4 de noviembre a través de la comunicación por teléfono de uno de mis secretarios que había leído “El Peruano”. Fue una sorpresa tremenda.
El fin de semana, el ministro Ayala se ha limitado a reiterar que el presidente tiene la prerrogativa legal de hacer ese cambio.
Es cierto que el señor presidente puede escoger al comandante general del Ejército entre los tres generales más antiguos. Pero hay que precisar también que ya lo hizo hace tres meses cuando el general César Astudillo se fue del Comando Conjunto. Cuando sucedió esto se tuvo que escoger a su reemplazo y el elegido fue el general Manuel Gómez de la Torre, y como él era comandante general del Ejército, se me escogió a mí para relevarlo.
Precisamente eso es lo que no explica el ministro: ¿por qué lo cambiaron si tres meses atrás lo habían designado para el cargo?
Ahí viene el otro tema: si decidieron relevarme, por lo menos debieron tener algún motivo que lo justifique. Tiene que haber una motivación o alguna falta grave. Y ese motivo me parece que debieron decírmelo. De lo contrario, hablamos de un poder absoluto de cambiar, cuando se le antoje o a su conveniencia, al comandante general de una institución con una estructura que responde a normas establecidas y, lo que es peor aún, relevar a un comando institucional totalmente respaldado por su personal.
El ministro ha dicho que se trata de un puesto de confianza...
El liderazgo del Ejército no responde a intereses externos sino a la ascendencia sobre su personal. No es un puesto político como el de un ministro. Lógicamente que es un puesto de confianza, pero en función al escalafón que se tiene.
Usted habla de cinismo por parte del ministro y que por eso ha decidido declarar. ¿Qué es lo que más le ha indignado?
No esperaba que él mienta al decir que no me habían dado algunos nombres o no me habían querido imponer el ascenso de algunos oficiales. Eso sí ya no se puede tolerar.
¿Específicamente el ministro de Defensa le pidió que se beneficiara a un listado de oficiales?
Claro. Y en vista de que no me han comunicado, en vista de que nunca me dijeron por qué me estoy yendo, y hasta ahora no lo pueden explicar, yo supongo que es por lo que voy a contarle a continuación.
Lo escucho...
En estos días hubo dos procesos importantes. Uno que se llevó a cabo el 11, 12 y 13 de octubre, que son los ascensos, y el otro son las invitaciones para el pase al retiro. En el proceso de ascenso yo recibí pedidos que me hicieron conocer con algunos días de anticipación.
¿Exactamente cuándo?
Una semana antes de que iniciara el proceso recibí mensajes por WhatsApp del edecán del ministro manifestándome que tenía unos encargos para el proceso de ascensos y me dio una relación de apellidos.
¿Cuántos apellidos?
Estamos hablando de unos nueve a diez oficiales de distintos grados: comandantes, capitanes. Pero los más referentes eran dos coroneles.
¿Qué le respondió al edecán?
Le dije que tenía que corroborar lo que me decía. Le pregunté al ministro y me dijo que efectivamente eran encargos del secretario general del presidente, Bruno Pacheco. Entonces, le pregunté a qué se atribuye el secretario general para hacer un pedido así. “Son encargos del presidente”, fue su respuesta.
¿Y qué le respondió?
Le dije que iba a revisar si estos oficiales tienen posibilidad de ascenso en función a cómo están en el cuadro de méritos y que le iba a avisar. En ningún momento me comprometí a ascenderlos. Además, no es una decisión que la tomo yo. Es una decisión que se toma en función a la evaluación que realice un comité de asesoramiento y posteriormente por un comité de selección. Esos mensajes los tengo en el WhatsApp y los voy a presentar [hoy] en la Comisión de Defensa del Congreso.
¿Quienes más le escribieron?
Además del edecán, el ministro de Defensa y el propio presidente.
¿Qué le dijo el presidente?
Yo tenía una comunicación directa con el presidente que era amigable.
¿Él mismo le pidió que sean ascendidos sus recomendados?
En uno de esos mensajes, el presidente me hace hincapié sobre los encargos que me tenía que dar el señor secretario general de Palacio sobre los procesos de ascenso.
¿Y a quiénes se refería ?
Ahora le digo, pero antes quiero precisar que el día 15 de octubre procedí a llevar las actas de nuestra propuesta de ascensos al ministro. Él las revisa y en ese momento llama por teléfono al secretario de Palacio y en la conversación le manifestó que solo habían ascendido dos de toda la relación. Eran dos que estaban en condiciones de ascender. Luego me manifestó que el secretario estaba incómodo porque no ascendieron todos los que había recomendado. Le dije que simplemente no estaban para ascender. Entonces, terminando de hablar, me dijo que nos estaban llamando de Palacio. Como tenía un viaje en la noche, le dije que sería bueno ir para que de una vez las resoluciones sea firmadas.
¿Qué ocurrió en Palacio ?
Cuando llegamos pensé que nos recibiría el señor presidente, pero lo hizo el secretario general. Nos llevó a una sala previa y me preguntó por qué no habían ascendido los demás. Para empezar, le dije que esa explicación no tenía que dársela, pues yo dependo directamente del ministro y del presidente de la República que es el jefe supremo de las FF.AA. y no del secretario de Palacio. Él me respondió que le habían encargado el tema de Defensa. El ministro estaba a mi costado, pero en realidad no estaba porque no contradecía ni hablaba de nada.
¿Y luego qué más le dijo?
Le expliqué que [los recomendados] no tenían los méritos correspondientes ni el puntaje y la apreciación del jurado. El secretario insistió y enfatizó en dos nombres: los coroneles [Carlos] Sánchez Cahuancama y Ciro Bocanegra Loayza. Aquí debo decir que el coronel EP Fidel Bocanegra en ningún momento fue incluido ni ha interferido en el proceso de ascenso. Él no tiene nada que ver en este asunto.
De toda la terna, esos dos nombres eran los de más interés.
Correcto. Enfatizó en esos dos para que asciendan a general. Le expliqué que en el caso de Sánchez no podía ascender por estar muchos puestos abajo y por sus antecedentes en ciertas conductas que conocimos en el comité de selección. Cuando él trabajaba en la Escuela Militar tuvo conductas que iban contra el decoro y la moral que no estaban en su legajo pero que la gente conoce. Además, estaba en el puesto 8 de los candidatos y los que ascendían eran 3. Para que pueda alcanzar, tenían que ponerle cuarenta de nota y al resto cero. Y cuarenta de nota no existe. También tenía conocimiento de que este señor, allá por el 2012, era jefe del secretario Pacheco cuando este trabajaba como profesor en la Escuela Militar. De ahí nace su amistad.
¿Y en el caso de Bocanegra?
Él era el tercero de una relación y solo había dos vacantes. Sacar al segundo implicaba ponerle de nota 05 y eso no era justo. Y aparte de eso, le manifesté que este señor Bocanegra estaba en los ojos de todo el Ejército por sus antecedentes.
¿Qué antecedentes?
En setiembre, él fue llamado para ir a trabajar a Palacio sin ninguna resolución de por medio y en un puesto que no existe.
¿Para hacer qué?
No lo sabemos porque no existe ningún puesto del Ejército en Palacio. Solo está el jefe de la Casa Militar [el general Miguel Herrera].
¿Bocanegra antes de ir a Palacio qué función tenía?
Él trabajaba en la Dirección de Educación y Doctrina del Ejército en la jefatura del Estado Mayor.
Regresando a su conversación con Pacheco, ¿qué más le dijo?
Luego de mi explicación, tuvo un comentario fatal. Me dijo que como había trabajado en la Escuela Militar sabía que se hacían este tipo de cosas en el Ejército. Le dije que estaba equivocado y que si antes había visto algo de ese tipo, con mi comando eso no iba a suceder.
¿Qué respuesta recibió?
“¿Quién garantiza que esos generales que ascienden son leales al Gobierno?”. Yo le dije: “Señor Pacheco, la lealtad no es al Gobierno. La lealtad es a la institución y a la misión. Y yo soy el que garantiza el desempeño de los oficiales”. Su frase siguiente me indignó aún más.
¿Qué le dijo?
“¿Y quién garantiza que usted va a seguir como comandante general del Ejército?”. Le respondí que no lo iba a escuchar más y lo dejé conversando solo con el ministro Ayala.
Y ya reunido con el presidente Castillo, ¿qué fue lo que le dijo?
Le expliqué lo mismo. Pero de una manera más concreta. Yo pensaba que esto no era un tema del presidente. Me entendió cuando le dije que Sánchez no tenía opción. “¿Y no podemos hacer algo por el señor Bocanegra?”, me dijo. Le dije que lo único que se podía hacer era que se creara otra vacante o que simplemente esperara el proceso del próximo año, pero ya serían cuatro generales de esa promoción. Entonces, le dije que las dos opciones iban a tener un impacto negativo porque él no estaba calificado para el ascenso. Ante mi insistencia, el presidente me dijo que iba a respetar la propuesta y firmar las resoluciones. Entonces, le agradecí por el respaldo institucional.
Antes de seguir, ¿qué fue lo que exactamente le dijo el presidente días antes por WhatsApp?
Entre los días antes del proceso, hubo un WhatsApp que me pedía que conversara con el secretario de Palacio. Le dije que estábamos ocupados en el tema de ascensos. “Justamente sobre eso tengo un encargo”, me dijo. Y ya sabemos cuál fue.
¿Antes de retirarse de Palacio, le dijo algo más al presidente?
Sí, le comenté que hace unos días hubo un atentado en la puerta del departamento del edificio donde vivo. Justo cuando termina el proceso de ascenso de generales. Un suboficial resultó herido. Le dije que no se había probado que se tratara de un tema de delincuencia común y añadí que uno puede afrontar cualquier cosa pero siempre sabiendo que es por algo bueno.
¿Qué le respondió?
Se mostró preocupado. Yo entonces viajé y me enteré de que durante una semana las resoluciones de ascenso no se publicaban. Durante esos días empezaron a correr comentarios para tratar de echarse el proceso abajo. Pero como todo estaba correcto, no les quedó otro camino que hacer la publicación. Y, como venían las invitaciones al retiro, no se querían arriesgar.
¿Ya estaban listas las invitaciones para los pases al retiro?
Todo ya lo habíamos presentado al ministro de Defensa y él se encargó de llevarle al presidente en Palacio.
¿Quiénes pasaban a retiro?
Los que les correspondía. Inicialmente era el que me seguía [el general Córdova], pero como ya lo nombraron comandante general el que se ha ido soy yo. De mi promoción ya no queda nadie.
¿El general Córdova pudo decirle al ministro que declinaba a asumir la comandancia general porque no le correspondía?
Por lo menos hubiera dicho que antes de dar una respuesta, lo iba a consultar con el comandante general. Y quizás hubiera sido correcto que me diga: “Mi general, o compañero de promoción, me han llamado para esto”. Entonces, yo tendría que preguntar a qué se debía.
¿Se va con un sinsabor?
Estoy agradecido con el Ejército por todo lo que me dio y todo lo que soy. He recibido cientos de mensajes de solidaridad y reconocimiento. Solo quiero recordarles a mis soldados lo que les dije en mi discurso de despedida: sean orgullosos pero no soberbios. Sean humildes pero jamás sumisos.