Cuesta creer que su fantstica historia quepa en su 1,60 m peso pluma que me jala del brazo para mostrarme los pallares moches que cultiva en una terraza del Palacio de Justicia. En otra maceta, hay un cactus de apariencia inofensiva; pero es un sampedro, la planta alucingena de las serranas norteas. Le pregunto si ha tomado su brebaje y responde con un murmullo ininteligible. Para que no le d la lata con el asunto psicodlico, me cuenta una ancdota conexa: que fue con su paisano y predecesor Francisco Tvara a baarse en las mticas Huaringas. Jueces en remojo.
Nuestro juez verde tiene, entre sus sueos de reforma, convertir el techo de este palacio de poder vetusto PPK dixit en espacio ecolgico. Paneles solares, flores y hierbitas flotarn sobre las angustias procesales que nos corroen las tripas.
Pero, cul es la historia fantstica del juez que naci en Rodeopampa, distrito de Huarmaca, provincia de Huancabamba, Piura? Estudi en una escuela unidocente hasta segundo de primaria. Ese era el techo. Por ser el primero de mi clase, la maestra Rosa Ojeda, siempre le rindo homenaje, me dijo: Llama a tu pap. l era campesino y le dijo: Victorino, mndelo a terminar primaria, usted tiene a su mam en Chiclayo.
Hago tercero y cuarto de primaria all, pero mi pap tuvo un lo con un to y me trajo otra vez a Rodeopampa. Se repiti la historia, la maestra me ve y vuelve a llamar a mi pap. Le dice que me lleve a Huarmaca, a 5 horas. All termin mi quinto de primaria, ese era el techo. Felizmente, fui primer puesto y tuve beca para la capital de departamento. En Piura hago dos aos de secundaria y mi pap hizo una gestin para pasarme al colegio San Jos en Chiclayo. All termin mi secundaria, si no sera un campesino ms de Rodeopampa y nadie sabra de mi destino.
Le esperaban dos escuelas a la vez, la Facultad de Derecho y la poltica. Era dirigente estudiantil en la Universidad Nacional de Lambayeque. Velasco cerr la Villarreal y mi universidad, con la idea de que eran apristas. Peleamos un ao para que se reabra y as fue, fusionada con otra y convertida en Universidad Pedro Ruiz Gallo. En 1973, en un congreso en La Cantuta, fui elegido presidente de la Federacin de Estudiantes del Per [FEP].
El 5 de febrero de 1975, una huelga policial dej Lima a merced del vandalismo. El gobierno militar acus al Apra y a los partidos y gremios de izquierda de azuzar a la poblacin. Detuvieron a varios dirigentes. Los que hemos estado en las luchas sociales hemos sido premiados con detenciones. Me procesaron en los dos fueros, civil y militar. Por uno estuve un mes en Lurigancho; luego 6 meses en la crcel del Callao con presos polticos. Mi abogado era Alfonso Barrantes. Vino en su Volkswagen a recogerme cuando sal libre. Me amnistiaron en el gobierno de Morales Bermdez.
Duberl Rodrguez hace una pausa y da un salto en su relato: Para que vea cmo son las paradojas de la vida: he pasado 2 veces por la carceleta que est ac abajo y ahora soy juez supremo y desde el 1 de enero tendr el honor de ser presidente del Poder Judicial. Tras unos segundos de gravedad, le digo que l s sabe dnde manda a los condenados. As es, y conozco las consecuencias . La mejor almohada para dormir es tener la conciencia tranquila. Hasta ahora siento que no he mandado a la crcel a inocentes. Estuvo en el histrico caso de Fujimori. La decisin que se tom era la adecuada, pero tengo que decir una cosa: algunos creen que porque una persona fue condenada una vez tiene que ser condenada en todos los otros procesos. Eso no es as, porque si no estaramos condenando por consigna.
El abogado se hizo dirigente del UNIR, un frente en el que participaba Patria Roja, y se lanz en la lista de Izquierda Unida en 1985. Present junto a su bancada un proyecto de ley que, aparentemente, daba beneficios a terroristas. As lo aclara: Se estaba procesando a personas de la izquierda democrtica acusados falsamente de terroristas. La polica no saba distinguirlos bien,el proyecto buscaba amnistiar a los que no estuvieran comprometidos en hechos de sangre. Es un tema claro para m.
En 1990, volvi a ejercer el derecho en Chiclayo. All postul como juez superior. Le toc ser juez sin rostro?. Sin rostro pero con conciencia. Era incmodo, nos distorsionaban la voz y tenamos casos todos los das. Y ahora, cmo se clasifica polticamente? Tengo que guardar reserva de mi identidad poltico-ideolgica pero s quiero decir que no reniego de las ideas de justicia social que en algn momento enarbol en la poltica. No he hecho nada malo. Y tengo muy claro que tengo que dejar de lado cualquier criterio poltico partidario para resolver los casos. No habr alguien que diga que resolv un caso con prejuicios polticos. Los antis los dej de lado. Qu le espera al PJ Duberl es reformista, no solo porque su biografa lo condiciona a ello, sino porque las circunstancias lo mandan.
Traigo a colacin la percepcin de corrupcin suprema que la poblacin tiene sobre el PJ y responde: En primer lugar, admito y acepto con hidalgua que el PJ tiene muchos males. Pero para m, el principal no es la corrupcin, es la lentitud procesal. Replico que, igual que en el destrabe, la corrupcin alimenta la lentitud. No creo que sea el principal problema, pero lo dice la opinin pblica y tenemos que dar el mensaje que frente a la corrupcin hay que actuar con firmeza. Eso pasa por formar jueces contralores, especializados en derecho administrativo disciplinario. Salvado el matiz sobre cmo nombrar y priorizar el mal, el juez supremo me cuenta sus planes para aumentar la velocidad de los procesos, reducir la carga de la Corte Suprema, tener voceros que expliquen a la poblacin cmo se resuelven los casos emblemticos. Y promete que a fines del 2017 ya estar consolidada la justicia digital. Al diablo las notificaciones impresas.
Pero no basta ser reformista sino realista. Le digo que dudo de que el PJ pueda reformarse a s solo, que necesitar el impulso del poder poltico. Lo tengo claro, necesito colaborar con los otros poderes, pero cuando quieran avasallar mi Poder Judicial, ser el primero en hacer respetar su independencia. El juez tiene un expediente demasiado grande ante sus ojos.
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