El presidente electo Pedro Castillo ha sostenido en más de una ocasión que será “respetuoso de la voluntad del pueblo”. Su mensaje del 28 de julio será la primera gran oportunidad que tendrá el profesor cajamarquino para responder a las múltiples expectativas populares.
La encuesta de El Comercio-Ipsos de este mes pregunta directamente a la ciudadanía qué temas deberían ser prioritarios durante los primeros meses de gestión y las respuestas de la gran mayoría son la salud y la economía. En el caso de la salud, mencionada por el 75%, la primera tarea es sin duda continuar de manera acelerada con el proceso de vacunación, haciendo buen uso de los 98 millones de vacunas que ha adquirido el gobierno del presidente Francisco Sagasti.
En el ámbito económico, mencionado por el 67%, la población espera que el nuevo gobierno impulse la reactivación y la generación de empleo. Si bien la reactivación, ya ha empezado, gracias a la vacunación y la progresiva reapertura de la economía, para que esta sea sostenida se requiere impulsar la inversión, de manera de generar más empleos directos e indirectos. El crecimiento económico es también la vía para incrementar la recaudación tributaria y así proveer de mayores recursos al Estado para invertirlos en los campos que la población más necesita.
Precisamente, luego de la salud y la economía, las prioridades del pueblo son la educación –incluyendo el retorno a las clases presenciales–, la lucha contra la delincuencia y la corrupción, el apoyo a la agricultura, los programas para la reducción de la pobreza y las obras de infraestructura. Estos temas tienen amplio consenso, aunque con algunas diferencias regionales. La delincuencia preocupa más en las grandes ciudades mientras que el apoyo a la agricultura es más demandado por la población rural.
La pregunta fue múltiple, es decir los entrevistados podían mencionar varios problemas. Sin embargo, solo 11% señaló el cambio constitucional como uno de los temas que debería atender prioritariamente el próximo gobierno. “El pueblo es sabio” es otra expresión grata al presidente electo. La conclusión es que el pueblo no espera que el gobierno promueva una nueva Constitución. En todo caso, es el Congreso de la República el ámbito donde deben discutirse los cambios constitucionales que sean necesarios.