La bancada de Fuerza Popular decidió someter a uno de sus miembros, el congresista Kenji Fujimori, a un proceso disciplinario debido a declaraciones que dio sobre su grupo parlamentario y el Legislativo, consideradas como ataques desde la tienda naranja.
El vocero fujimorista, Luis Galarreta, comentó ayer que legisladores de su bancada manifestaron su incomodidad por “comentarios, actitudes o adjetivos” de Kenji Fujimori que pueden ser considerados “desleales”.
La congresista Úrsula Letona, por su parte, señaló que el proceso responde al uso de calificativos como “nauseabundo” y “coliseo” para referirse a decisiones de la bancada y al Congreso, respectivamente.
Kenji Fujimori, quien hace unos días reclamó una reestructuración en Fuerza Popular, reiteró ayer que nunca renunciará a su partido. Tras enterarse de los motivos del proceso iniciado en su contra, manifestó: “Les adelanto lo siguiente: ¡Soy inocente!”.
Al evaluar el rol de Kenji Fujimori durante esta legislatura que concluyó, cabe la pregunta, ¿qué lo llevó a ser procesado por indisciplina por su propia bancada?
Para el analista político Enrique Castillo, todo lo que ha sucedido en torno a Kenji Fujimori es efecto del único objetivo que el congresista parece haberse planteado: lograr la libertad de su padre, el condenado ex mandatario Alberto Fujimori.
“Él ha querido usar todas las armas posibles, incluso actuando en rebeldía contra Fuerza Popular. Se ha convertido en un francotirador y eso lo ha llevado a hacer cosas que a nadie se le podría aceptar al interior de un partido político”, explica a El Comercio.
Además de los calificativos, a los que considera una burla, Castillo sostiene que un importante factor disuasorio en el comportamiento del menor de los Fujimori Higuchi es “su acercamiento al Gobierno de manera muy franca y con el claro objetivo de liberar a su padre”.
De opinión similar es el analista Luis Nunes. Él sostiene que Kenji Fujimori “está buscando un acercamiento por las buenas” con el Gobierno y que “su objetivo que es lograr una mayor reflexión sobre un eventual indulto”.
“Su estrategia es que el presidente [Kuczynski] pueda repensar bien cuál es la figura más indicada [de liberar a su padre]. Que se vea desde el lado humano y no tanto desde el lado político”, detalla.
-¿Merecía ser procesado?-El pastor Humberto Lay, ex congresista y ex presidente de la Comisión de Ética, sostiene que, desde el punto de vista parlamentario, no hay motivo para sancionar a Kenji Fujimori.
“Desde el punto de vista de la ética parlamentaria, no veo que haya cometido una falta. Ha expresado opiniones quizá un poco duras, pero vemos que en el Congreso ha habido expresiones muchísimo más duras y no han sido motivo de sanción”, dijo a este Diario.
Sin embargo, el ex parlamentario refirió que “diferente es el caso interno de un partido”. Explicó que las normas internas de un partido sí pueden configurar casos de deslealtad sin que ello atente contra la función pública de un congresista.
Para Enrique Castillo, Kenji Fujimori “se considera intocable” frente al proceso impuesto en su contra, lo que demuestra “falta de madurez política” y total confrontación con la influencia de los dirigentes de Fuerza Popular como Ana Vega, Pier Figari y José Chlimper.
“Si uno quita el apellido Fujimori en esta confrontación, es difícil justificar que un militante de un partido pueda hacer eso sin recibir algún tipo de sanción o amonestación del partido”, opinó.
Finalmente, Luis Nunes consideró que Fuerza Popular deberá tener en cuenta la eventual sanción que le impondrá a Kenji Fujimori porque, de ser muy severos, podrían “convertirlo en una víctima”.
“Este estilo de disciplina es importante al interior de la bancada, pero al exterior puede causar cierta simpatía hacia Kenji. [...] Lo pueden convertir en víctima y las víctimas son muy populares para el público”, estimó.
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