El Perú es un país de emprendedores, de personas capaces de iniciar actividades productivas sin temor a las dificultades. Esta capacidad es reconocida a nivel mundial. Según un informe del Global Entrepreneurship Monitor (GEM) de 2018, el Perú ocupa el primer lugar en cuanto al índice de espíritu emprendedor en Latinoamérica: el 43% de sus ciudadanos está dispuesto a iniciar un negocio en los próximos tres años.
Sin embargo, para que toda esta energía se traduzca en productividad real, se requiere de un apoyo sostenido a la educación. Por ello, en los próximos 15 años, el Proyecto Educativo Nacional (PEN) al 2036: el reto de la ciudadanía plena, aprobado el último 28 de julio deberá orientarse, entre otros, a que las políticas educativas nacionales favorezcan la formación requerida para el desarrollo de actividades productivas en diferentes ámbitos de la sociedad.
El PEN al 2036 es el fruto de un largo proceso de movilización y diálogo, un esfuerzo descentralizado del Consejo Nacional de Educación que contó con la participación y el compromiso de miles de peruanas y peruanos de la sociedad civil y del Estado. En él se afirma que si todas las experiencias educativas proporcionan herramientas para desempeñar productiva y sosteniblemente las labores que elijamos realizar en el futuro, se contribuirá con el desarrollo local y nacional.
LABORES COMPARTIDAS
Para alcanzar un país más productivo, las instituciones educativas, incluyendo a las familias —primeros educadores de la infancia—, deben estimular y apoyar el desarrollo de la curiosidad y la capacidad de indagación de todas personas. Esto implica incorporar en los currículos y cultura de las instituciones educativas, el desarrollo de actitudes, valores y capacidades para ingresar al mundo del trabajo y actividades productivas de diversa naturaleza.
Según el PEN al 2036, el Estado debe generar mecanismos para reconocer y certificar lo aprendido a través de sus experiencias en múltiples espacios, incluyendo entornos virtuales, durante el ejercicio de sus diversas ocupaciones o su participación en organizaciones comunitarias. Además, plantea que la educación técnico-productiva y básico-alternativa deben orientarse no solo a los jóvenes, sino también a los adultos.
De igual manera, subraya que los espacios laborales deben permitir, promover y proveer oportunidades de capacitación permanente para todo el personal, incluyendo a aquél vinculado al quehacer científico, pedagógico o tecnológico, fomentando así la innovación tanto de productos como de procesos. El propósito de Productividad y Prosperidad, Investigación y Sostenibilidad se enlaza con los otros tres propósitos del PEN al 2036: Vida Ciudadana, Inclusión y Equidad, y Bienestar Socioemocional, también centrados en la persona.
Para más información visita www.cne.gob.pe
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