El holandés Kjeld Nuis no se contentó con ganar dos medallas de oro en la modalidad de patinaje a velocidad de los Juegos Olímpicos de Invierno de PyeongChang (Corea del Sur), sino que decidió romper el récord sobre hielo.
Así, se juntó con Red Bull y establecieron la mejor forma para lograrlo: hacer que una camioneta arrastre una pantalla protectora que reduzca la resistencia del viento para el patinador, logrando que supere los 60 km/h.
Para esto, decidieron que una SEAT Ateca sea el vehículo que vaya sobre el hielo, mientras la piloto sueca Mikaela Åhlin-Kottulinsky la encargada de mantener una velocidad constante.
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Nuis, con traje y patines nuevos (con cuchillas de 1,1 mm), fue hasta la Laponia sueca y tras algunos intentos alcanzó los 93 km/h, convirtiéndose en el patinador sobre hielo más rápido del mundo.