Aunque no es una de las sagas cinematográficas más exitosas de la historia, “John Wick” ciertamente caló en millones de espectadores alrededor del mundo. Lo hizo no por basarse en un guion prodigioso, muy bien fundamentado y capaz de trascender al tiempo. Nadie puede negar que la historia de un sicario que de pronto busca cobrar venganza porque matan al perrito que le dejó su fallecida novia es endeble. Pero eso importa poco porque una película nunca es solo el qué, sino también el cómo. En ese sentido, cada una de las cuatro entregas protagonizadas por Keanu Reeves lograron enganchar porque eran un verdadero espectáculo visual.
No hablamos, pues, de cualquier artificio de luces, balas y saltos mortales. Cada una de las películas de la saga “John Wick” mostraron un nivel ascendente, llevando a los espectadores a apretar los dientes, o a cerrar los puños mientras veían cómo su protagonista –enfundado en un su habitual y elegante traje oscuro-- se resistía a morir o, en su defecto, cómo buscaba acabar con toda la Hight Table, pese a que era consciente de lo infinito e invencible de esta maligna entidad.
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Viviendo una era de secuelas, precuelas y spin offs, varias insostenibles desde su origen, no sorprendió que Lionsgate anuncie que el ‘Universo John Wick’ se ampliaría. A la película “Ballerina” con Ana de Armas, de próximo estreno en cines, se le sumaría una mini serie precuela enfocada en aquel espacio que concentró gran parte de la acción a lo largo de la saga protagonizada por Reeves: el hotel Continental.
Caracterizado por su arquitectura clásica, el Continental era el espacio regentado por Winston Scott, una especie de amigo/protector de John Wick. Los fanáticos del ‘universo’ en mención probablemente recuerden con mayor facilidad al larguirucho mercenario entrando y saliendo (con su singular forma de caminar) del hospedaje. Y de este último recordarán mayormente tres detalles: no te atienden si no presentas una moneda dorada especial. No puedes matar a nadie dentro del local. Finalmente, siempre al llegar serás recibido por Charon (Lance Reddick), un conserje tan buena onda que es capaz de dotarte de poderosas armas para conseguir tus propósitos, o de cuidar a tu perro mientras vas a acabar con los malos.
Tal vez tomar al Continental como elemento central del primer producto ligado al ‘Universo John Wick’ (aunque sin el sicario en pantalla, claro) era en realidad tomar la figura de su cabeza principal: el manager Winston. Porque Winston es el Continental y el Continental es Winston. En esa línea, Ian McShane se lleva todo el merecimiento. Hablamos de un actor que fue capaz de llevar a su personaje casi a la par del propio Wick. Película a película, pero sin opacarlo, el artista inglés de 81 años quedó en nuestra memoria como el único sujeto capaz de ‘guiar’ al sicario más temido. Pero además de guiarlo, Winston lo defendió, colocándose incluso él mismo por delante para salvaguardar a “Jonathan”, como solo él se daba el lujo de llamarlo.
Casi como una ley no escrita, si presentas una precuela de un personaje al borde de la tercera edad, el pasado siempre tocará la puerta. Tenemos, pues, un inmueble que parece haber existido siempre y a un manager del cual conoces poco. Sobre esa materia, “The Continental” –estrenada hace tres semanas y emitida en capítulos de hora y media los viernes por Peacock en Estados Unidos y por Prime Video en Latinoamérica—planteaba una propuesta clara: dar a conocer cómo Winston se hizo de su puesto de trabajo, pero, sobre todo, en qué contexto lo hizo. Las circunstancias son claves y quedaron en evidencia desde los primeros minutos del episodio 1.
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Pero repasemos rápidamente el argumento: el joven Winston Scott es convocado personalmente por Cormac O’Connor (Mel Gibson) para confesar dónde se encuentra Frankie, su impredecible hermano al que el manager del Continental acusa de haberle robado una prensa capaz de producir monedas que solo pueden usarse en el ‘Universo John Wick’. Tras ver alterada su vida diaria, nuestro protagonista busca a su hermano, pero todo se sale de control cuando los sicarios de Cormac lo matan tras una tenaz persecución. Aquí el joven Winston jura –tácitamente—venganza, y para eso decide armarse hasta los dientes, convocando además a un equipo de personas capaces de compartir su loca obsesión: tomarse un hotel que ciertamente parece una fortaleza militar.
Plantearse una serie precuela sin John Wick detrás abría dos alternativas. La primera era seguir íntegramente la senda del personaje interpretado por Keanu Reeves y aludirlo –o aludir a sus antepasados—de cualquier forma posible. La segunda, que es la que finalmente se siguió, consistía en abrirse casi por completo. Así pues, salvando únicamente el hotel y tres o cuatro (alusiones a) figuras de la saga, los realizadores de “The Continental” acertaron cuando definieron sus episodios en 1) presentación de personajes, 2) desarrollo de vínculos, acercamientos y/o acentuación de diferencias y 3) guerra total por el hotel.
Al hablar de alusiones a figuras de la saga nos referimos, primero, evidentemente, a Winston. Versiones más jóvenes también hubo de su mano derecha, Charon, de la Adjudicadora (Katie McGrath) e incluso se nos presentó una especie de Pre- Bowery King, en la piel de Mazie (Zainab Jah), una mujer capaz de convocar un ejército de mendigos que, fundamental para los intereses de Winston, no le debe obediencia a la High Table. Aunque más allá de todos estos personajes, tal vez los que más han llamado la atención son los añadidos. Lidera aquí el cuestionadísimo Mel Gibson como Cormac. Solo sobre su papel e interpretación podría escribirse una reseña entera. Pero, aunque ciertamente inició decorosamente, en el camino fue decayendo hasta que en el tercer episodio –el “El teatro del dolor”—terminó convirtiéndose en una especie de caricatura de villano, capaz de drogarse con no sabemos qué para “recuperar fuerza” y luchar en defensa del Continental.
Poniendo a un lado la labor de Gibson como Cormac, “The Continental” no escatimó en añadidos. A Frankie (Ben Robson) –el hermano mayor de Winston que terminó muerto por los sicarios de Cormac (Hansel y Gretel /Mark Musashi y Marina Mazepa)—le sumó la esposa de este, Yen (Nhung Kate). También apareció un batallón de jóvenes (al estilo ‘La casa de papel’) con interpretaciones medianamente aceptables. Ellos, en el guion, aceptan el ofrecimiento de Winston para tomar el ya por entonces viejo inmueble. Y sin ser necesariamente ciudadanos intachables, todos se convirtieron en una especie de bando de buenos al cual se le enfrentaría el grupo de sicarios pagados por Cormac para encontrar la prensa que fabrica monedas.
Aunque denota un mayor trabajo argumental que la saga cinematográfica que la inspira, “The Continental” también presenta una serie de carencias imposibles de soslayar. El papel de Frankie es bueno, pero tras su muerte la trascendencia de su imagen se disuelve en un dos por tres. La sub historia del comando que integran Miles (Hubert Point-Du Jour), Lou (Jessica Allain), Lemi (Adam Shapiro) y por qué no Jenkins (Ray McKinnon), pudo dar mucho más que alusiones a sus problemas como traficantes. Luego, aunque estamos situados en una Nueva York sin el imperio de la ley, insertar a dos policías –Mayhew (Jeremy Bobb) y KD (Mishel Prada)—fue irregular por decirlo menos. Porque ambos empezaron siendo una especie de pareja de amantes, pero pronto, felizmente, ella se abrió y apuntó directamente a sus objetivos: primero Winston y luego Cormac. Aquí, en honor a la verdad, se explica el peso que ha tenido Prada en la promoción de la serie. La actriz de 23 años evoluciona escena a escena a una velocidad incontenible y, ya en el epílogo del episodio 3, es capaz de pelearle el protagonismo al propio Winston, merced no solo a sus movimientos marciales, sino fundamentalmente a su desenvolvimiento en lo dramático.
Si se quiere ver este último párrafo como el ejemplo de un casting irregular, también habría que mencionar cosas bastante positivas en “The Continental”. Peter Green brilla con luz propia al interpretar al tío Charlie en la vida infantil de Frankie y Winston. Adam Shapiro pasa casi desapercibido en gran parte de la historia hasta que, casi por arte de magia, debe luchar por su vida en el ‘teatro del dolor’. Yen, junto a ‘Gretel’, son protagonistas de tal vez una de las mejores escenas de lucha en toda la mini serie. Karate puro y explosión al interior de una pileta.
Tener a Keanu Reeves completamente fuera de este proyecto no significa que la gente detrás haya obviado que estamos ante una historia incluida naturalmente en el género de la acción. Así pues, “The Continental” tal vez presenta sus mejores momentos cuando abraza su esencia: la lucha cuerpo a cuerpo, los disparos con y sin silenciador, o las rotundas explosiones. Destaca, por supuesto, la escena de Yen arriba mencionada, pero también cuando Cormac, Winston, Charon y los sicarios de ambos bandos deben enfrentarse en una sala bajo la más completa oscuridad. Una lluvia de disparos mientras el televidente adivina el desenlace.
Vistos cada uno de los puntos que incluye esta nota, con un Mel Gibson que fue de más a menos y un Colin Woodell que siguió, felizmente, el camino contrario, además de grandes interrogantes como la del joven Ayomide Adegun dándole vida al conserje Charon, toca lanzar la pregunta sobre si “The Continental” merece una o dos partes más. Con un final abierto, y si continuamos con la idea de vivir en la era de las precuelas, secuelas y spin off, todo indica que algo más se viene. Será menester de los realizadores afinar las falencias e insistir en aspectos muy bien manejados como las coreografías de acción y los efectos especiales. Con ambos elementos a un nivel similar, el resultado de una posible parte dos, sin duda, será mejor.
EL CONTINENTAL/ PRIME VIDEO
Sinopsis: "The Continental" es una serie de eventos que revela los orígenes violentos del icónico hotel para asesinos en el universo de John Wick. Ambientada en la Nueva York de los años 70, Winston Scott recluta un equipo para enfrentarse a una gran conspiración provocada por el ataque de su hermano al The Continental. El sangriento drama de acción explora la colisión del amor familiar, el destino y la venganza.
Director: Charlotte Brandstrom , Albert Hughes
Elenco: Colin Woodell , Ayomide Adegun , Mel Gibson
Calificación: 4 estrellas de 5
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