Nada pasa desapercibido en “Todo un hombre”, la nueva miniserie de Netflix que tiene como protagonista a Jeff Daniels (Georgia, 1955). A un paso de los 70 años, el versátil actor –reconocido internacionalmente por su icónico rol de Harry en la disparatada “El tonto y el más tonto” (1994), pero también en proyectos de corte dramático como la serie “The Newsroom” (2012) -- aceptó colocarse en la piel de Charlie Croker, un empresario inmobiliario y exjugador de fútbol americano que, solo en la primera escena, nos ‘spoilea’ todo: ha muerto.
Esta adaptación que David E. Kelley ha hecho de una de las más singulares obras de la leyenda del Nuevo Periodismo Tom Wolfe, ofrece un crisol de temas, pero sobre todo de personajes, cada uno más estrafalario que el otro. Y aunque la trama es dispersa, sus actuaciones salvan la experiencia.
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“Todo un hombre” arranca diez días antes de la muerte de Croker, un sexagenario divorciado, padre de un hijo en edad colegial, y re-enganchado con una bella mujer a la que le dobla la edad. El protagonista de esta miniserie viene celebrando su onomástico junto a familiares, amigos y conocidos. Nadie imaginará, sin embargo, la debacle que se avecina.
La mencionada apuesta de Netflix rápidamente se abre en dos caminos. El primero, vinculado directamente con Croker, quien tras ser citado por el funcionario bancario Harry Zale (Bill Camp) y su agente de préstamos, Raymond Peepgrass (Tom Pelphrey), descubre que adeuda la friolera de 800 millones de dólares. El elemento monetario marca casi toda la trama. Pero, como comentaremos a lo largo de esta nota, no es en absoluto el único.
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Una segunda línea narrativa tiene que ver fundamentalmente con Conrad Hensely (Jon Michael Hill), obrero afroamericano y esposo de la secretaria de Croker, Jill (Chanté Adams), quien acaba de ser enviado a prisión por noquear a un oficial de policía de raza blanca. Como Jill no cuenta con los recursos para sacar al padre de su futuro bebe de la cárcel, es el empresario constructor quien ‘cede’ a su brillante y leal abogado, Roger Hill (Aml Ameen), para que lo represente ante la Corte.
En medio de estos dos pilares, “Todo un hombre” va tejiendo con cierta claridad una serie de pequeñas micro historias. Por ejemplo, Raymond Peepgrass –el operario de préstamos que le cobra su millonaria deuda a Croker—ha decidido cortejar a Martha (interpretada por la genial Diane Lane), la exesposa del ‘deudor’. Para quienes conocen a Pelphrey por su rol en la parte final de “Ozark”, la tarea que este ha asumido al interpretar a Peepgrass es definitivamente más exigente: se trata de lo más parecido a un psicótico, urgido por llegar a un amable acuerdo económico con una examante a la que embarazó, pero a la vez lo suficientemente irascible como para insultar a sus ‘bullosos’ vecinos y retarlos -cuchillo en mano- en una noche cualquiera.
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Peepgrass no está solo, ciertamente. El guion lo cobija con una especie de ‘maestro guía’: Harry Zale, un presumido funcionario bancario –y militar retirado-- que tiene a Croker entre ceja y ceja. Tal vez su mentalidad castrense lo lleva a practicar planchas y demás ejercicios en el piso de su oficina, esto, para ‘prepararse’ ante una de las varias visitas que Croker les efectuará tras conocer su impagable deuda de 800 millones de dólares.
Tanto Peepgrass como Zale y mucho más Croker han sido delineados como personajes siempre exagerados y en ocasiones hasta caricaturescos. Los dos primeros no hacen más que imaginar qué harán cuando embarguen los principales bienes del quebrado constructor. Este último, sin embargo, lleva las cosas a un nivel superior. Estamos frente al prototipo de un millonario en decadencia, ensombrecido además por las consecuencias de su incontrolable ego.
A lo largo de seis episodios, seremos testigos de un sin número de reflexiones que Croker arroja a propios y extraños. Entre refranes, dichos y hasta proverbios, el personaje interpretado por Jeff Daniels parece saberlo todo, aunque evidentemente todo le ha salido mal. Lo llamativo es que, Peepgrass y Zale parecen ser los únicos que no desean escucharlo. Todos los demás, hasta su joven y paciente esposa Serena (Sarah Jones), lo siguen con la misma atención que se le prestaría a un hábil predicador.
Hay otro detalle que tampoco puede pasar desapercibido. Aún en su infinita sed de venganza hacia “los agentes bancarios que lo indujeron a malas inversiones”, Croker no es un tipo completamente oscuro. Cuando se entera de que el esposo de su secretaria ha sido enviado a prisión, no solo le envía a su abogado personal, sino que sigue el caso atentamente, le dedica tiempo, escucha a la afectada y le brinda muchas frases de ánimo. Aquí resalta la capacidad de Daniels para delinear un personaje con evidentes matices.
Ciertamente, en la segunda mitad de la miniserie el tema de la deuda económica va perdiendo peso. La mecánica de visitas y estrategias legales de Croker ante los agentes bancarios termina de desinflarse cuando desde ‘arriba’ presionan a Zale y Peepgrass para que no lo fastidien más. Aquí, pues, son otros los temas que comienzan a ganar preponderancia. Desde el coqueteo ¿interesado? Del joven y psicótico agente bancario con Martha, hasta la difícil realidad que Conrad Hensely (Jon Michael Hill) debe afrontar en prisión.
El esposo de la asistente de Croker es consciente de que ha fallado al irrespetar la autoridad, sin embargo, “Todo un hombre” pone más cartas sobre la mesa. Racismo, abuso policial y heridas históricas se convierten en factores clave, convirtiendo a la serie de Netflix en algo más que una simple comedia negra. En este nivel dramático, es el actor inglés Aml Ameen --en su papel del letrado Roger White—quien se eleva a lo más alto, no solo luciéndose con una estrategia efectiva, sino utilizando las frases y los gestos precisos para dotar de emotividad lo que vemos en pantalla.
Pero si el papel de Ameen lo coloca por encima del promedio en un elenco ya de por sí interesante, todo lo contrario pasa con Diane Lane (New York, 1965). Ella interpreta a una esposa separada que no responde a mayores motivaciones hasta que, de un momento a otro, Peepgrass se acerca a cortejarla. Desde sus acciones hasta sus actitudes, Martha es un personaje débil. Aunque descubre inmediatamente que Raymond “la busca solo por su esposo”, decide no cuestionarlo, dándole aire a un pequeño affaire que a ratos se torna insostenible, pero que en el epílogo es explotado al máximo, valiéndose de cierta dosis de erotismo y, por supuesto, propiciando un desenlace que sigue la esencia de “Todo un hombre”: el caos.
TODO UN HOMBRE/NETFLIX
Sinopsis: Sigue a un magnate inmobiliario de Atlanta cuando se enfrenta a una quiebra repentina e intenta defender su imperio de quienes intentan capitalizar su caída en desgracia.
Elenco: Jeff Daniels, Diane Lane, Aml Ameen, Tom Pelphrey, Sarah Jones, Lucy Liu
Duración: seis episodios
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