Aunque todavía no llega a los 30 años (tiene 27), la mexicana Sofía Castro acumula una envidiable hoja de vida laboral, repartida entre cine, teatro y televisión. Hija del actor y productor José Alberto Castro y de la estrella de las telenovelas Angélica Rivera, esta actriz de mirada lúcida e ideas claras, se alista para entrar a los hogares peruanos con una telenovela que le marcó la vida. Castro da vida a Lucrecia en “Malverde: el santo patrón”, la primera gran propuesta de época que Telemundo estrenara a finales de 2021 y que hoy busca nuevos mercados a través de su señal internacional. Se trata de la historia de Jesús Juárez, un corajudo bandido de Sinaloa que con el tiempo se ganaría el apelativo del ‘Robin Hood mexicano’.
Como la propia Sofía cuenta en esta exclusiva para Saltar Intro de El Comercio, el rodaje de esta historia ambientada a finales del siglo XIX le significó no solo la posibilidad de explorar con un personaje extrovertido y empoderado como Lucrecia, sino además la chance de interactuar con un elenco de calidad, con Carolina Miranda (Isabel Aguilar), Pedro Fernández (Jesús Malverde) y más.
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A continuación, Castro responde sobre su rol en “Malverde: el santo patrón”, pero también reflexiona sobre su vocación como actriz, sobre las particularidades de su personaje, y, finalmente, en torno a si existen o no diferencias entre los proyectos de TV convencional versus streaming.
-La novela se estrenó en 2021 y fueron 80 episodios que se grabaron. ¿Qué recuerdos en particular conservas de ese rodaje?
¡No puedo creer que hayan pasado tres años! Fue un gran proyecto, me dejó mucho. Hubo cosas muy bellas, pero tal vez lo mejor fue haber grabado una historia de época, con todo lo que implica: los vestuarios, carruajes y las escenas de acción. Telemundo no se quedó nada corto en temas de producción y presupuesto. Y eso facilitó que la historia tuviera ese resultado y valor.
-¿Qué rasgos definen a una mujer como Lucrecia?
A pesar de la época, el momento social que se vive en el país, y siendo hermana de un general, Lucrecia irá descubriendo que en el fondo es muy revolucionaria. Y eso la llevará a meterse en algunos problemas, pero también a tener una gran historia de amor, porque lo único que quiere ella es enamorarse. Mi personaje pinta todo el tiempo y creo que esa alma de artista la hace algo diferente para la época que le tocó.
-¿En personajes como el de Lucrecia es posible que le agregues algunas particularidades tuyas como actriz o debes solo ceñirte al guion completamente?
En algunas cosas sí me apegué muchísimo al guion, pero creo que Sofía le dio a Lucrecia el hecho de que le gusta estar enamorada, disfrutar el amor. Antes de la entrevista me puse a hacer el recuento de los capítulos y recordé a mi personaje con gusto y nostalgia, porque fue divertido de interpretar. Era una mujer muy suelta. A pesar de la época, del corsé, de la falda, Lucrecia era ligera como el agua.
-No te voy a pedir mucho spoiler, pero lo primero que uno halla en Google sobre tu personaje es el capítulo en el que tuviste que llevar un vestido de bodas. ¿Es el momento que recuerdas más?
Hubo muchos capítulos especiales. Lucrecia tenía un vestuario muy particular, al ser hermana de un general. Y, aparte, como pintaba, debía ser mucho más expresiva a la hora de vestirse. Siempre traía sombrero, guante, paraguas, el caballete y un maletín. Siempre andaba con cosas. Y mis vestuarios eran muy coloridos y hermosos. Pero recuerdo que cuando me probaron el vestido de bodas me fui para atrás. Creo que lo compraron en una tienda de antigüedades y era una especie de corsé, con mangas, botones, velo y una cola gigante. Ese sí fue mi vestuario más bonito.
-¿Es posible incluir a “Malverde: el santo patrón” en el famoso género de las narco novelas?
Creo que “Malverde: el santo patrón” no estaba relacionada con el narcotráfico. La historia habla de alguien considerado héroe por mucha gente en el pueblo de San Blas, alguien que defiende a los que más lo necesitan.
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-Has tenido la suerte de trabajar en las telenovelas de la llamada ‘vieja televisión’ y también en proyectos para streaming. ¿Cómo definirías la diferencia entre ambos formatos?
La cantidad de capítulos es un gran diferenciador entre una serie de streaming y otra de TV abierta. Pero nada más, porque al final se cuentan las mismas historias. Obviamente en algunas hay escenas un poco más fuertes, pero en cuestión calidad y producción, la verdad es que no hay mayor diferencia. Y a “Malverde” la pasaron por otras plataformas. Siempre es bueno que haya muchos espacios para que un producto se pueda ver por la mayor cantidad de gente posible.
-¿Qué recuerdos tienes de trabajar con Pedro Fernández y los demás integrantes del elenco?
Hice grandes amigos a lo largo del proyecto. Pedro es muy amigo de mi mamá y fue la segunda vez que he trabajado con él. Fue un gran capitán del barco. Carolina Miranda, con quien trabajé en esa ocasión por primera vez, es adorable. La hemos pasado muy bien grabando.
-¿Siento tan joven, cómo manejas tu planificación a largo plazo? ¿Podrías pasarte grabando 12 meses del año o eres de tomar descansos, vacaciones, etc.?
Las oportunidades se tienen que tomar y más cuando te gusta un proyecto y cuando amas actuar. El año pasado, literal, estuve grabando doce meses seguidos. Entre un proyecto y otro descansé cuatro días. Me gusta mucho lo que hago y lo disfruto mucho.
-¿Surgir del seno de la familia artística te ayudó a decidirte a ser actriz o tal vez pudiste haber terminado como abogado o futbolista?
Desde muy chiquita definí que quería ser actriz. Obviamente, al estar viviendo con una mamá actriz y un papá actor, pues te empapas de eso. Pero yo siento que es algo con lo que naces. Actuar es algo con lo que te tienes que apasionar, y tienes que amarlo y quererlo mucho.
-La actuación entonces no es para ti un trabajo…
Yo no veo a mi trabajo como un trabajo (risas). Mis papás me educaron así. Siempre me dijeron que yo no podía levantarme a trabajar solamente para cobrar un cheque, sino que tenías que amar, disfrutar y sentir pasión por tu carrera para que así te puedas levantar con gusto cada día. Y así yo veo las cosas.
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