Incluso el más cruel de los delincuentes tiene sentimientos. Algunos son capaces de demostrarlo con familiares o amigos. Otros con su mascota. Y algunos con la mujer que creen amar. Bajo esta última premisa se sostiene “Ferry”, película policial belga-holandesa disponible en Netflix.
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Estamos ante la historia de Ferry (Frank Lammers), un poco agraciado adicto a la cocaína que trabaja cumpliendo los desagradables encargos que su millonario jefe, el narcotraficante Brink (Huub Stapel), le deja diariamente. “Brink me acogió cuando no valía nada. Es mi mentor”, dice el protagonista al inicio del filme en lo que bien puede ser un adelanto de lo que se viene.
Ese cariño, agradecimiento, lealtad o como se le quiera llamar a la actitud de Ferry ante su ‘maestro’ se pone una vez más a prueba cuando un día cualquiera, delincuentes asaltan su centro de trabajo, hiriendo mortalmente al hijo de Brink. “Mátalos a los tres”, le encargan.
Para cumplir su encargo, Ferry debe viajar al sur de Países Bajos para buscar uno a uno a los implicados en el robo con desenlace fatal. Al recordar que cerca a ese punto del país vive su hermana, Claudia Zwart – Bouman (Monic Hendrickx), este opta por visitarla. Entonces seremos testigos de lo resquebrajado que se encuentra cualquier tipo de vínculo que Ferry pueda tener más allá del mundo de las drogas.
Con recuerdos de su infancia que lo atormentan, más una hermana que lo echa de su casa casi a patadas, el personaje principal de esta película parece solo atado a Brink y a sus aspiraciones como narcotraficante. Hasta que ocurre un giro trascendental. En sus recorridos por el sur de Países Bajos halla el amor. O algo muy parecido a esto.
Desde la aparición de Daniëlle van Marken (Elise Schaap), el filme deja de ser un mero asunto policial. Veremos entonces a un delincuente en su faceta más “humana”, por decirlo de alguna forma. Enamorado, Ferry demuestra que es capaz de usar esa fuerza bruta de su día a día para defenderla de cualquier peligro.
Una arista interesante, aunque poco explotada en esta cinta belga-holandesa, es el tema de las drogas. En todo momento queda en evidencia que los personajes se mueven en este ambiente. El propio protagonista no puede empezar su día sin aspirar unas líneas de cocaína. O la misma Daniëlle le provee algunas pastillas de éxtasis “para que sienta algo que jamás sintió”, etc.
“Ferry” no es una obra maestra del cine. Adolece de una serie de elementos que le podrían dar ciertamente algo más de profundidad. Sin embargo, tampoco podemos decir que verla sea perder el tiempo. Aunque su trama se torna por momentos muy básica, es sumamente efectiva cuando de representar los sentimientos humanos se trata. Felicidad, frustración, pero sobre todo compasión ante los seres queridos, surgen para salvar lo que a primera vista bien podría ser solo una historia más acerca de lo nocivo de las drogas.
Cabe destacar que, si bien “Ferry” es un spin-off de la serie “Undercover”, también disponible en Netflix, funciona como una historia aparte y no es necesario haber visto la otra ficción para comprender la trama.
LA FICHA
Sinopsis: Antes de levantar su imperio de drogas, Ferry Bouman vuelve a casa con una misión de venganza que pone a prueba su lealtad... y lo enfrenta al amor que le cambia la vida.
Plataforma: Netflix.
Duración: 107 minutos
Género: Policial, thriller.
Elenco: Frank Lammers, Elise Schaap, Huub Stapel
Calificación: 18+
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Año: 2021