Apenas han pasado unas semanas de que la historia de Jeffrey Dahmer impacte por partida doble a millones de sunoscriptores de Netflix en todo el mundo y la cadena de streaming repite el procedimiento, pero esta vez con el no menos macabro legado del enfermero Charles Cullen, presuntamente responsable de la muerte de 400 pacientes en EE.UU. a lo largo de 16 años, sentenciado a 18 cadenas perpetuas por admitir el crimen de 29 personas y el intento de asesinato de otras seis.
Cuando decimos a que hay una repetición del patrón nos referimos a que, tanto en Dahmer como ahora con Cullen, Netflix primero emite su serie (en el caso que tocamos hoy es presentado como película) original y luego recién estrena el documental. De esta manera, esta especie de ‘detrás de cámaras’ –100% no ficción-- no interfiere o resta interés en lo que a todas luces es la principal apuesta de la cadena.
Dirigido por Tim Travers Hawkins, “La captura del enfermero asesino” es un documental de una hora y 35 minutos de duración en el que las voces claves vinculadas a la búsqueda, seguimiento y posterior caída de Charles Cullen participan frente a cámaras, contando detalles en ocasiones desconocidos y en otras ya mencionados en la película “El ángel de la muerte”, dirigida por Tobias Lindholm y protagonizada por los premiados Eddie Redmayne y Jessica Chastain.
Un detalle no menor es que tanto el filme como este documental tienen como base el libro “The Good Nurse”, publicado por el periodista de investigación Charles Graeber en el año 2013. En esta ocasión, el citado autor tiene esporádicas apariciones en las que fundamentalmente cuestiona las deficiencias del “sistema de salud con fines de lucro” (como él lo llama). Además, llama la atención en torno a cómo tras conocerse el historial criminal de Cullen solo este fue hallado responsable y nadie más fue incluido en procesos, juicios o sentencias ligadas al tema.
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Pero al ser “La captura del enfermero asesino” un documental sobre un hecho policial es evidente que sus pilares van en dicho sentido. Las voces aquí, entonces, son primordialmente dos: Tim Braun y Danny Baldwin. Ambos detectives desgranan paso a paso cómo llegaron a enterarse del caso, pero fundamentalmente exponen las dificultades que enfrentaron para avanzar en su ámbito de trabajo, correspondiente a los delitos cometidos por Cullen en el Hospital Somerset, Nueva Jersey.
Esta producción a cargo de Tim Travers Hawkins presenta una serie de puntos débiles que resulta imposible no mencionar en este comentario. En primer lugar, cierto desorden en la presentación de su estructura. Al exceso de saltos temporales se le añade narración en off con –aparentemente—la voz de las confesiones de Cullen, y a todo esto se le mezcla cada cierto tiempo el tema “You Are My Sunshine” de Johnny Cash (algo que se explica tal vez muy tarde).
Estos y algunos otros elementos que algunos podrían llamar accesorios terminan alimentando una confusión que vuelve cada cierto tiempo a lo largo de la trama: ¿Estamos ante la macabra historia de un criminal más o frente al drama de los deudos en medio de un fallido sistema de salud?
Volviendo a los elementos positivos de “La captura del enfermero asesino”, el documental tiene quizás como gran protagonista a Amy Loughhren, la enfermera que conoció primero a Charles Cullen en el Hospital Somerset, ubicado en Nueva Jersey, y quien tiempo después se convertiría en la pieza clave para extraerle su confesión de culpabilidad.
Para los que tuvieron la oportunidad de ver la película con Redmayne y Chastain, será inevitable comparar a esta última con quien la inspira: Amy. Estamos ante una profesional de la salud perteneciente a la clase media que, afrontando sus propias dificultades personales se encuentra en la disyuntiva de ‘traicionar’ a su amigo para detener futuras muertes en otros nosocomios a lo largo de Estados Unidos.
A Amy se le suman dos colegas más. Primero, Donna Hargreaves, quien empieza aportando mucho al documental (“Nos llamaban los tres mosqueteros”) y poco a poco va cediendo participación tal vez porque desconocía las malas prácticas de Charles Cullen. Y, ya en el tercio de la historia, Pat Medellin, una enfermera del hospital de San Luke (Pennsylvania) que trabajó con el asesino entre los años 2002 y 2004. Esta última dama tiene un testimonio clave: pudo armar una especie de registro de muertes sospechosas ocasionadas por el protagonista de este documental. Su aporte no rindió frutos en un inicio ya que –como pasó en muchos otros casos más—todo quedaría archivado ante falta de pruebas y apoyo de las partes involucradas.
Resulta esencial hablar de estas tres enfermeras porque todas (tal vez Amy y Donna de forma más latente) se sentían bajo presión para no declarar ni ahondar en las investigaciones iniciales. ¿El motivo? Los centros médicos para los que trabajaban priorizaban su imagen institucional al descubrimiento de la verdad. Y es que, la sola revelación de que uno de sus trabajadores fue capaz de matar a un paciente podía derivar en una caída en el ingreso de nuevos pacientes/clientes y, en consecuencia, en futuras reducciones de personal.
Los deudos que dejó Charles Cullen en su camino criminal también tienen voz en este documental de Tim Travers Hawkins. No son muchos, pero permiten entender de forma clara el daño que una mente siniestra pudo causar en la sociedad. Resalta aquí fundamental la participación de Lucille Gall, hermana del reverendo Gall, quien poco después de presentar mejorías terminó falleciendo, luego de que el enfermero criminal le inyecte una dosis mortal de Digoxina (uno de los tantos medicamentos que usó para concretar sus oscuros propósitos). Para dar con la verdad, Lucille tuvo que autorizar la exhumación y posterior autopsia de su familiar. “¡Llegué a pensar mejor ya no, mejor que lo dejen descansar en paz!”, recuerda conmocionada. Ella finalmente pudo ser persuadida por el oficial Baldwin.
Aunque no redondo, “La captura del enfermero asesino” es un documental interesante. Está marcado por un tono lúgubre. Presenta muchas tomas al interior de autos que recorren las noches de Nueva Jersey. Tal vez se excede en cuanto a recreaciones de pacientes a punto de ser inyectados en su cama de hospital. Lo mismo con el conteo de los días de investigación de los detectives (un recurso quizás innecesario). En la misma línea, más allá de los audios de Cullen asumiendo su culpa, no se profundiza en las motivaciones de su mente criminal (“Sin mi madre me sentía desprotegido” es quizás lo más llamativo en este sentido).
Lo más probable es que Netflix continúe repitiendo esta fórmula que hoy le rinde frutos: ficcionalizar una historia de un personaje siniestro y tiempo después presentarlo como documental. De esta forma, el debate sobre si esto es una forma de lograr horas y horas de visualización o más bien una manera de generar conciencia colectiva seguirá en pie.
LA CAPTURA DEL ENFERMERO ASESINO/ NETFLIX
Director: Tim Travers Hawkins
Elenco: Charles Cullen, Amy Loughren, Donna Hargreaves, Tim Braun, Danny Baldwin
Sinopsis: Este documental revela cómo se demostró que un enfermero de cuidados intensivos asesinaba a sus pacientes y lo cerca que estuvo de nunca ser culpado.
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