“Saltburn”, la nueva película de Emerald Fennell, la directora que fue aclamada en 2019 por “Promising Young Woman”, se estrenó en Prime Video y acaparó los comentarios en redes sociales por ofrecer más de una controversial escena.
El filme es protagonizado por Barry Keoghan y Jacob Elordi. El primero le da vida a Oliver, un chico de personalidad tímida que es becado para estudiar en Oxford. Allí conoce a jóvenes de mucho dinero. Entre ellos, Felix (Elordi), cuyo carisma lo enamora y lo hace obsesionarse con él.
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En el camino, Oliver irá desarrollando una amistad con Felix que le permite acceder a su núcleo familiar y a descubrir el lado más oscuro de las clases altas. Es así que se presentan una serie de situaciones que son graficadas por la directora de manera, a veces, perturbadora y provocadora.
Atención: los siguientes párrafos contienen spoilers de la película.
El detrás de un final inesperado
En el desenlace de “Saltburn”, descubrimos que Oliver ideó un plan para ir acabando con la vida de los miembros de la familia Catton, incluido el propio Felix. Tras la muerte del joven del que se había obsesionado, y luego de apoderarse de su fortuna, vemos a Oliver bailando en su mansión.
El baile lo realiza desnudo y al ritmo de la canción “Murder on the Dancefloor” de Sophie Ellis-Bextor.
En entrevista con “Entertainment Weekly”, Keoghan contó que el guion originalmente no planteaba ese final, sino que lo mostraba de camino al desayuno, donde el mayordomo le servía unos huevos, haciendo eco de una de las primeras escenas del filme.
La directora de la cinta optó por replantear el final porque necesitaba una escena que gritara el triunfo de Oliver y que, a la vez sea, “una victoria postcoital, una profanación”.
Keoghan contó que la propuesta no lo hizo vacilar. “Me pareció totalmente correcto”, dijo Keoghan a la citada publicación. “Es la propiedad. Este es mi lugar. Es confianza plena en que puedo hacer lo que quiera en esta casa. Puedo desnudarme y bailar el vals porque esto es mío”, explicó el actor que dijo que el rodaje de esa escena en particular fue “muy divertido”.
De acuerdo a Emerald Fennell, filmar esa escena tomó 11 tomas. En la séptima toma, lograron algo “técnicamente perfecto”, pero no tenía la “alegría absolutamente diabólica” que quería de Oliver y se grabaron 4 tomas más.
“Al primero estaba un poco ehh... porque no llevaba ropa. Pero después de la primera toma, ya estaba listo. Me dije: ‘Vamos otra vez. Vamos otra vez’. Te olvidas porque se ha creado un ambiente muy cómodo y eso te permite decir: ‘Muy bien, ahora se trata de la historia’”, destacó el actor.
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