Un total de once toneladas de alimentos en mal estado de conservación y dudosa procedencia fueron inmovilizados por la Dirección General de Salud Ambiental (Digesa) tras realizar una vigilancia sanitaria a trece empresas que procesaban helados y refrescos.
En esas fábricas se producían también mezclas base para helados, obleas y wafers para helados y refrescos instantáneos líquidos. En ellas se observó la presencia de moscas, cucarachas, falta de higiene en la manipulación, uso de insumos vencidos y de dudosa procedencia.
Asimismo, se comprobó la contaminación por residuos sólidos, aguas residuales y plaga de ratas, situación que no garantizaba que el producto final sea apto para el consumo humano y por ello motivó la inmediata aplicación de medidas de seguridad sanitaria por parte de Digesa.
Estas acciones de fiscalización se realizaron los días 16, 17, 22 y 25 de enero en fábricas ubicadas en los distritos de Ate, San Juan de Lurigancho, San Miguel, Magdalena y La Victoria, en el marco de la Campaña de Verano denominada “Helados y Refrescos Instantáneos”.
FISCALIZACIÓN CONJUNTA En estas intervenciones participaron las autoridades municipales, de la Segunda Fiscalía de Prevención del Delito y de la Policía Nacional.
Giovanna Galarza, encargada del área de Vigilancia y Fiscalización Sanitaria de Digesa, afirmó que este tipo de campaña de productos como los helados y refrescos se realiza dado el riesgo que tienen debido a la mayor demanda de consumo durante el verano y porque se venden a mucho público en mercados, centros de recreación y colegios.
“Estos operativos tienen como objetivo verificar y fiscalizar el cumplimiento de las normas sanitarias en la fabricación, almacenamiento y fraccionamiento de alimentos de elaboración industrial” destacó Galarza.