El primer partido televisado en el país fue, vaya coincidencia, un Perú vs. Brasil, el 11 de marzo de 1959, 60 años atrás. Empatamos 2-2 con la histórica selección de Pelé que se había coronado campeón mundial en Suecia 58. Esta es la crónica, por Fernando Vivas.
Copa América | ¿Cuál fue el primer hito televisado de una pasión que ha traído tantos desmayos y alegrías? Respuesta exacta: El Perú-Brasil empatado 2-2, jugado el martes 10 de marzo de 1959 a las 7 p.m. hora de Buenos Aires, inaugurando el XXVI Campeonato Sudamericano (hoy Copa América) con sede en Argentina.
Pero no se vio en vivo, pues no existía la vía satélite. Se vio, en hazaña de velocidad andina, un día después.
La televisión peruana recién gateaba: el estatal y experimental Canal 7 se fundó en enero de 1958, América Canal 4 se había lanzado en diciembre de 1958 y Panamericana aún no nacía (Genaro la fundó en octubre de 1959). El partido se vio, como ya vimos, un día después, en la noche del miércoles 11 y la historia de las 24 horas diferidas es puro trance del Perú respirando cultura popular y arañando la modernidad: la cervecería Pilsen quiso apostar a la vez por la televisión y el fútbol. Su gran competidora, la Backus y Johnston, ya había anticipado la intuición triunfal de asociar cerveza y fútbol, cuando financió la creación del Sporting Cristal en 1955. Backus también se había adelantado en mostrar interés por la TV, pues apenas nació Canal 4, destinó una oficina a producir y auspiciar sus primeras ficciones. En “Bar Cristal” mezcló cerveza con criollismo y en “Kid Cristal” dramatizó el box.
Sin embargo, fue Pilsen la primera cervecera en cerrar el círculo explosivo de cerveza, pelota y TV. Los directivos de Pilsen convencieron a Antonio Umbert y Nicanor González, dueños del 4, el único canal comercial en ese verano del 59, a programar el partido tomando un gran riesgo, pues no sabían si los rollos de película en 16 mm (no teníamos aún videotape) llegarían a tiempo de Buenos Aires a Lima. Y, por supuesto, era descorazonador saber que el esfuerzo sería diferido y los hinchas se enterarían del score un día antes, por la radio, los diarios y los propios noticieros de TV. Pero, vamos, era la primera vez que el hincha se sentaría a ver un partido entero de la selección peruana.
En un artículo en “La Prensa” de aquellos días, el ejecutivo Gastón Romero explica que enviaron un motociclista al aeropuerto de Pisco en previsión de que el vuelo no aterrizara en el aeropuerto de Limatambo, cuya torre es el actual edificio de Ministerio del Interior (en aquel entonces aún no entraba el operaciones el Jorge Chávez). Pero todo salió bien. Umbert y González respiraron tranquilos y, para suerte, el partido fue un empate que supo a triunfo. Brasil venía de ser campeón mundial en Suecia 1958 y en su selección jugaba Pelé, la revelación e ídolo del momento. Precisamente él metió uno de los dos goles brasileños. El otro lo metió Didí, futuro entrenador de nuestra selección, que llevó a Perú a México 70, el mundial donde tuvo mejor rendimiento.
Los dos goles nacionales los metió el piurano Juan Seminario, cuando ya Brasil había metido 2, en el agónico segundo tiempo del partido. ¡Imaginen la batahola! Pero, ojo, la barra peruana en Buenos Aires, según pueden ver en una de las fotos que acompaña esta crónica, no estaba arrebatada y sin polo, sino con saco y corbata. No se medía la sintonía de TV en aquel entonces pero se calcula que habría cerca de 50.000 televisores, ni siquiera un punto de ráting actual que suma más de 100 mil espectadores (esa cifra no se supera ni aún contando con los 45.000 asistentes que cabían en el estadio Monumental de River Plate, donde se jugó el partido).
Cifras más o menos, el impacto social de la transmisión fue tal que preocupó mucho a los cines que, en los días siguientes, anunciaron cortometrajes con incidencias del Sudamericano. El fútbol profesionallocal también se tocó de nervios: demoró varias temporadas en aceptar ser regularmente televisado. Temía que venderse a la tele comprometería el futuro de los estadios. A los dirigentes del fútbol, que ya era una pasión global, les asustaba globalizarse en serio, ante los ojos de millones de hinchas que querían y no podían ver a sus equipos cuando no jugaban en el estadio local.
-La estrella del partido-Mario Fernández, periodista deportivo de El Comercio, me dio el teléfono de Seminario, que vive en Palma de Mallorca, España. Él no supo de los apuros de Pilsen y Canal 4 porque estaba en Argentina,pero de sus goles no se olvida: “Uno fue lateral, pateé con el exterior del pie, como rosca”. No merecieron quedar cuartos. “Nos sacó Argentina, con un penal”. Se fue pronto a Europa, ¿no? “Éramos una selección extraordinaria, pero no llamaban para las Eliminatorias. Me fui al Sporting Lisboa, luego al Fiorentina mucho antes que el ‘Loco’ Vargas, a Barcelona. Fui el pichichi de 1962 y terminé de entrenador en Perú”. Volvió a España, donde viven sus cuatro hijos. Ha quedado viudo y nos visita todos los años.
Aunque las selecciones y la copa en ese verano del 59 son directos predecesores de lo que se juega este domingo; aquella vez no era una final sino una fase previa. Como recuerda Seminario, todavía faltaba un partido con Argentina, que perdimos 3 a 1, y otro con Chile, que terminó en empate 1 a 1. La copa se la llevó Argentina, Brasil quedó segundo, Paraguay tercero y Perú cuarto. Y ahora nadie esperará un día entero para ver los goles.
*Esta es una versión actualizada de una crónica publicada en El Comercio del 2 de octubre del 2011.