La edición 1731 de la Revista Somos tiene como nota principal una entrevista con Anahí de Cárdenas, realizada por Daniela Meneses. Por primera vez acepta conversar con un medio de prensa sobre el proceso tras ser diagnosticada con cáncer de mama. Sobre todo, cómo este ha sido y es para ella un aprendizaje constante sobre su cuerpo.
Aquí, un adelanto de lo que saldrá mañana en la edición impresa.
¿Qué pasó luego de que te confirmaran que tenías cáncer?
Había que hacer un examen de inmunohistoquímica para saber cuál era el tratamiento que seguiría. Resultó que mi cáncer era hormonal (de los malos es el menos malo). Con esa información, y porque el tumor estaba ubicado detrás del pezón, el doctor recomendó una mastectomía radical.
¿Y cuál fue tu reacción?
No entendía cómo habíamos pasado de ‘un cáncer fácil’ a tenerme que quitar toda la teta [ríe]. Yo necesitaba dos segundos para procesar el tema, quería estar realmente segura de que estaba haciendo lo correcto y de que no me estaba saltando procesos. Hablé con el oncólogo tratante, con un radiólogo en Estados Unidos y con otro oncólogo. Todos coincidieron con que me operara primero y luego me hiciera la quimioterapia. Dos semanas después de mi cita inicial con la ginecóloga, me sacaron la teta. Todo fue bien rápido, bien violento, pero cortamos el problema de raíz.
Hiciste público tu diagnóstico muy rápido. ¿Qué te impulsó a compartirlo?
Lo dije porque no me lo creía, y para mí las cosas no se vuelven reales hasta que uno las dice. Y además yo internamente dramatizo mucho las cosas, pero cuando las verbalizo siento que pierden fuerza.
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