Andea: el agua de manantial cusqueña que demora 5 años en llegar a una botella de vidrio

En la década de los noventa todavía era habitual encontrar opciones de agua embotellada en recipientes de vidrio, hasta que el mercado comenzó a inundarse de plástico. Así lo recuerda Ramiro Farfán, gerente general de Andea, una marca de agua mineral prémium que nació en 2016 con el propósito de rescatar la botella de agua embotellada en vidrio. Además, estaban en búsqueda de la mejor agua para una cerveza prémium, y aquí la encontraron.

Lo bueno toma tiempo y el agua de Andea también. Una de sus principales características es que usan agua de lluvia, recogida del manantial de Maraswayco y que demora por lo menos cinco años en filtrarse naturalmente entre las rocas de los Andes cusqueños. “Es en este proceso cuando Andea adquiere sus principales propiedades físicoquímicas y de mineralización. Siempre digo, Andea es un agua hecha de la mano de Dios y la naturaleza”, comenta Ramiro.

Ubicada en la zona de la falla geológica de Tambomachay, en Cusco, el agua de lluvia acumulada se va filtrando a través de las capas geológicas, un proceso que demora un lustro. Esto le entrega un perfil propio de la zona geográfica que influye en el color, sabor, textura y aroma. Posee un balance de minerales (sodio, calcio, magnesio y potasio) con características alcalinas que favorecen una mayor hidratación por las propiedades nutricionales que aportan al cuerpo.

Es un agua mineral ligera y con un sabor 100% natural. Detrás de cada botella se destaca el proceso saludable con las palabras lluvia, montaña, tiempo y pureza. Es envasada en San Jerónimo, a más de 3.400 m.s.n.m. La botella de Andea fue diseñada con base en una botella de boticario de antaño, pues antiguamente las aguas minerales eran consideradas medicinales y recetadas por médicos debido a los beneficios de los minerales naturales que contienen. Andea se encuentra en los principales restaurantes y hoteles prémium de todo el Perú, y en los principales ‘retails’. //