Es interesante que la vida de una joven de 26 años se debata entre dos pasiones: la política y la literatura. Catherine Eyzaguirre (Lima, 1994), egresada de la carrera de Economía por la PUCP y a punto de culminar su maestría en Desarrollo Humano, empezó a hacer política al poco tiempo de ingresar a la universidad. En el 2015 decidió que era tiempo de dar el salto y se unió al equipo de juventudes del partido liderado por Verónika Mendoza.
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Se refugia del ruido político en la poesía de Watanabe y Heraud. Buscando renovar la política y a la izquierda misma, por ello postula al Congreso con el número 22. En caso no agarre una curul, seguirá haciendo política mientras trabaja en la Academia. Como economista, apuesta por dos cosas: la formación --por eso su acercamiento a la docencia-- y la investigación fuera del escritorio. “No se puede hablar de economía desde una oficina. La economía es mucho más que solo números”, afirma.
Ingresaste a Literatura en San Marcos. ¿Por qué la dejaste?
Ingresé al mismo tiempo a San Marcos y a la PUCP. Fue una decisión difícil, pero opté por quedarme en la PUCP porque la carga académica era más fuerte y mis objetivos eran distintos. Igual sueño con retomar mis estudios de Literatura. Los libros, especialmente los de poesía, son mi gran compañía, sobre todo en estos tiempos. La política es muy dura; en la poesía encuentro paz.
Trabajaste en el despacho de Marissa Glave. Cuando ella se retiró de Nuevo Perú, ¿no pensaste en unirte al éxodo?
Fue un momento difícil, pues considero que los liderazgos de Marissa y Verónika son ambos muy potentes, que aportan muchísimo a la política. Coincidimos en distintas luchas y creo que vamos a seguir coincidiendo, pero también creo que en este contexto es necesario articular fuerzas, hacer una convocatoria amplia y por eso estamos en alianza con Juntos por el Perú, porque creo que en este contexto de crisis y en la política necesitamos articularnos y levantar una propuesta en relación a lo programático, poniendo el desarrollo, la sostenibilidad, criterios económicos y de género al centro. Y yo me siento representada por lo que estamos construyendo.
Es un poco cansino que la izquierda arrastre el tema de si Venezuela es una dictadura, ¿no crees?
Creo que no estamos para medias tintas y se debe decir claramente: lo que sucede en Venezuela es antidemocrático, y personalmente también discrepo del modelo económico que siguen, que es profundamente extractivista. Su economía depende del petróleo y eso lo hace muy vulnerable a los cambios de precio y a las crisis económicas. Yo no quisiera para el Perú un modelo como el venezolano. En ningún aspecto.
Se dice que un gobierno de izquierda descalabraría la economía. Como economista, ¿qué dices al respecto?
Es que la corriente económica preponderante en nuestro país deja de lado al Estado y yo me siento identificada con corrientes en las que se propugna que la eficiencia económica es importante, pero también generar igualdad de oportunidades. La izquierda propone cambios para tener una economía que no solo le asegure privilegios a las empresas. Necesitamos un Estado que regule que no se cometan abusos. Debemos dejar de pensar que el Perú debe funcionar como un estado amarrado de manos en el cual las empresas pueden, de forma desregulada, acaparar el mercado. Si las derechas realmente defendieran el libre mercado estarían en contra de estos abusos. Ahorita no tenemos leyes que, por ejemplo, regulen la usura y el acaparamiento en tiempos de crisis. Cambiar eso no implica descalabrar la economía.
Dime dos puntos en los que trabajarías para cambiar el manejo de la economía
Un nuevo marco para la minería y una apuesta para la diversificación productiva. Sabemos que la minería es una actividad importante en nuestro país y creemos que hay que hacer un ordenamiento territorial para reconocer qué áreas son para minería, cuáles para agricultura, cuáles para manufactura. Es necesario ordenar el territorio para separar las actividades productivas y que haya sinergias entre ellas, además, yo sí creo que es necesario tener estándares ambientales adecuados. El Perú tiene los estándares más bajos de toda América Latina. Es necesario un nuevo marco para la minería en un diálogo más adecuado con las comunidades.
¿Qué crees que debe cambiar en el Congreso para que este deje de ser uno de los estamentos más desacreditados del país?
Debe eliminarse la inmunidad parlamentaria, pues no es posible que alguien postule al Congreso buscando impunidad. También es importante generar más diálogo en las entidades del Estado para crear mejores leyes. El Estado peruano, según la OIT, es pequeño, débil, desarticulado e ineficiente. Necesitamos un Estado que garantice derechos, y para eso se necesita un nuevo pacto social. Por eso también estamos comprometidos con una nueva constitución. Por eso y porque la constitución del 93 fue hecha por personas que pertenecen a fuerzas políticas cuestionadas y que no nos representan.