Por Jorge Chávez y Vanessa Cruzado
El final de “Game of Thrones” dividió a la crítica especializada y, sobre todo, a los fieles seguidores de la serie. Hay quienes argumentan que la última temporada cumplió sus expectativas. Otros, sin embargo, consideran que la ficción de HBO estaba encaminada hacia un desenlace deficiente, pues no era la misma desde que la historia sobrepasó los libros de George RR Martin. ¿Quién tiene la razón? A continuación debatimos los puntos que ocasionaron este clima de polarización.
El trágico final de Dany estaba cantado, Jorge. Desde la tercera temporada se supo que no era idónea para el trono. Puede que en ese momento se haya visto bien porque, vamos, asesinó a personajes maquiavélicos. Pero, de nuevo, todo fue en base a sus estándares de justicia. Analizando sus acciones –sobre todo las de esta temporada-, era evidente que su concepto del bien y el mal estaba muy distorsionado. ¿Debía matarla Jon? No sé. Que te mate la persona que amas, que confías, con la que querías un futuro a su lado… Un poco penoso, ¿no? Aunque lo –paradójicamente- más triste y hermoso fue Drogon quemando el trono. Escena tan poética. Vaya forma de acabar con ese elemento que saca lo peor de las personas y que, finalmente, destruyó a su madre.
Sí, Vanessa. La serie nos mostró a lo largo de sus temporadas la crueldad de Daenerys. Pero, hacia la recta final, este punto culminante de su personalidad se dio de manera atropellada. Al igual que su muerte. Tyrion tiene que explicarle a Jon, haciendo un recuento de las acciones de Daenerys, que lo que acaba de pasar es el principio de todo. Solo así lo convence de matarla. Drogon aparece en escena y destruye el trono de hierro, pero no ataca al asesino de su madre. ¿Es algo que una bestia capaz de arrasar ejércitos habría hecho? Si la transición de Daenerys hubiese sido progresiva, quizás no nos cuestionaríamos la forma en que murió.
Jon Snow fue una gran decepción. Un personaje que fue bien construido temporadas atrás y que tuvo una aparatosa caída libre en el final. La actuación de Kit Harington también es bastante cuestionable. ¿No crees, Jorge? En momentos críticos –como la revelación de su origen– no trasmitía nada. Esa discusión será para otra nota. Sigamos. Pese a poca intervención, era necesario revivirlo por su rol ante los caminantes blancos y Daenerys. En realidad, Jon no era el Príncipe que fue prometido ni nada. Solo un simple peón dentro del juego de Bran. Salvo por el encuentro con Fantasma, el cierre de Jon fue bastante mediocre.
El papel de Jon es uno de los que más ha sufrido con el desarrollo del guion de la última temporada. ¿Para qué fue revivido, Vanessa? ¿No nos dieron pistas para que él sea el encargado de terminar con la amenaza del Rey de la Noche? ¿Qué impacto tuvo la revelación de su identidad, más allá de generar un desequilibrio emocional en Daenerys? Por la trascendencia de su personaje, me parece grosero que solo haya estado destinado a matar a la mujer que supuestamente amaba. Pero con todo lo que pasó, al menos le dieron un final sensato: más allá del muro, lejos del mundo en el que nunca se halló.
Probablemente esta es una opinión impopular, Jorge, pero Bran fue el único de la temporada que jugó –con audacia- por el trono. Contar la ascendencia de Jon Snow fue el ataque más letal por parte del menor de los Stark. Que las épicas batallas de espadas, ataque de los dragones, venganzas y más, no nos nuble de lo que significa en verdad “Game of Thrones”: el que mejor tiene –y juega- las cartas gana. ¿Será un buen líder? Sí. No porque el Cuervo de Tres Ojos tenga el perfil ideal de un rey, sino por su consejero real. La mano del rey es quien -ciertamente- gobierna y qué mejor que Tyrion Lannister para el rol. Hay que decirlo: los inteligentes ganaron.
Vanessa, admito que su elección no me decepcionó del todo. En el mundo de “Game of Thrones”, lo impensado siempre puede pasar. Solo habría que preguntarse si el Cuervo de Tres Ojos, aquel que había manifestado sus nulas ganas de gobernar y que paraba más en el pasado que en el presente, desconectado de lo que pasa con la humanidad, era la mejor opción. En esta temporada su participación fue incipiente (pudo hacer algo más en la guerra con el rey de la noche), como aquel futbolista que se borra de una partido trascendental sin mostrar su verdadero potencial. Lo que destaco del reinado de ‘Bran el Roto’ es la reivindicación de la Casa Stark como la más poderosa de Poniente.
Gran satisfacción ver a Sansa como reina de Winterfell. Pero, Jorge, ¿era necesario haber sufrido tanto? Es cierto que gracias a las vivencias obtenemos conocimiento. La mayor de los Stark aprendió –en este caso- de los peores. Sin embargo, lo que aún no me cuadra es la violación. ¿Qué aporta esa experiencia traumática? Ya había visto morir a su padre, era constantemente maltratada a nivel psicológico, sabía que solo la deseaban por su belleza, ¿para qué más? La respuesta, evidentemente, no las voy a obtener. Hay que admitir, sin embargo, que es el personaje más empoderado. Ni siquiera Arya (pese a que es uno de mis favoritos). El final de Sansa es una espectacular cerrada de labios a quienes la criticaron por años.
Para mí, el mejor momento de todo el episodio final. La evolución de San Stark a lo largo de la saga nos lleva a ella como un ejemplo de resiliencia, logrando superar los terribles episodios que sufrió (aunque la escena que tuvo con ‘El Perro’ en el episodio cuatro pudo estar mejor contada). Sansa se convirtió probablemente en la mejor jugadora de “Game of Thrones”. Aprendió a usar la información a su favor, supo cómo rodearse y fue una gran estratega política para, finalmente, lograr la independencia del Norte y ser coronada como reina. ¿Lo que hizo fue en desmedro de Jon? No lo creo. Simplemente, desde hace un par temporadas, ya la tenía clara.
Jorge, esperaba que la sugerencia de Sam fuera tomada en serio. Reinos independientes hubiera sido el final ideal, pero esto es “Game of Thrones”. Ahora, que Bronn y Ser Davos Seaworth formen parte del Consejo Real no me desagrada. Repito lo de líneas arriba: qué mejor personaje que Tryion para ocupar el cargo de la mano del Rey. Es seguro que tendrán altibajos. También es seguro que lo harán mejor que aquellos que estuvieron a cargo. ¿Lo mejor? No hay trono de hierro.
Los Siete Reinos pasaron a ser seis y el Norte quedó como un reino independiente. Apareció un príncipe de Dorne que también pudo pedir su independencia, teniendo en cuenta que son los que más se han rebelado contra la corona. Lo mismo que las Islas de Hierro. El Consejo Real quedó conformado por personajes de perfil bajo que supieron bien por quién apostar. Son los casos de Bronn del Aguasnegras, flamante Señor de Altojardín y Maestro de la Moneda; y Ser Davos Seaworth, Consejero Naval. Tyrion Lannister, el último sobreviviente de la Casa Lannister, queda como el hombre más poderoso (y decisivo) de los nuevos Seis Reinos. ¿Tendrán éxito durante su gobierno? No lo sabremos, Vanessa, pero lo cierto es que nadie más se sentará en el Trono de Hierro.
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