Miles fuimos alguna vez a la cancha con la única misión de que alguno de los valientes hombres de allá abajo voltee a vernos, aunque sea un par de minutos.
Daniel Luond es un fanático como pocos de la 'U'. También es un muchacho con síndrome de down. Si tuviera cuenta de Twitter, muy posiblemente escribiría como bio de perfil lo que Jesús Núñez, otro muchacho tan hincha como él ha puesto, desde que se unió a la red en 2014: “La vida me hizo de la 'U' y yo hice de la 'U' mi vida”.
Se puede hacer poesía en Twitter, solo que aburre y no da clics.
Ambos, Daniel Luond y Jesús Núñez, no se conocían ni sabían nada el uno del otro. Hasta la noche brava del martes en el Monumental de la 'U', con 40 mil personas y monedas, y con 40 mil formas de tener miedo: ya dos veces antes, Universitario había sido eliminado en la fase previa de la Copa Libertadores con resultados humillantes, primero ante Capiatá y luego con Oriente Petrolero. Tan duro caló esa catástrofe que los nombres de esos rivales se convirtieron en puñaleros peruanismos: para decir papelón también se dice Capiatazo. Para llamar fracaso al fracaso, se ha acuñado el inflamable Petrolerazo.
Era una noche difícil, pese al resultado a favor del club crema (1-1 con Carabobo en Puerto Ordaz), así que hacían faltan todos. Todos. Luond es hincha y Núñez es el fotógrafo oficial de Universitario. Sus ojos escanean. Núñez Llegó al Monumental sobre las 2 de la tarde. Y luego de pasear por el estadio, calibrar sus lentes, y alistar sus baterías, pudo captar el momento más importante de la noche. Que no es una pared, un cántico, una jugada de pelota elaborada que pueda salir de los pies de Millán y llegar fina a la cabeza de Alonso:
Es la mano que en el deporte tanto se necesita.
A las 11:48 de ayer por la mañana, Jesús Núñez publicó la foto en sus redes sociales. Diez minutos antes, Universitario había iniciado la búsqueda del muchacho que se pasó dando indicaciones todo el partido, cumpliendo el sueño de dirigir a su 'U’ los primeros 90 minutos más importantes del 2020.
Por la tarde, lo encontró.
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No es la primera vez que Universitario se rinde ante el fervor de uno de sus niños hinchas, digamos, una pasión de la más alta pureza. Pasó en abril del 2019: Thiago Ramírez se llamaba el muchachito que fue más noticia que la goleada de Universitario sobre Boys: su grito emocionado fue tapa de un diario deportivo y el club crema salió en su búsqueda. Un grito que fue espejo diez, veinte, treinta años atrás.
Se sabe: tres cosas maravillan a los niños los fines de semana: montañas de golosinas en los cumpleaños, cordilleras de papás fritas en los almuerzos y los goles de sus equipos.
La goleada de Universitario a Sport Boys pasó a ser solo estadística cuando la tribuna familiar, es decir, la popular sur, destinada entonces por el club crema a recibir a familias enteras a precios de feria, bajó en avalancha a ver de cerca el tercer abrazo de gol, protagonizado por Alejandro Hohberg y sus compañeros.
Fue el fotógrafo Gonzalo Córdova, del diario El Bocón, el responsable de la la imagen. Sus ojos vieron más allá de lo evidente.
Lo que ocurrió con él fue telenovela: Alejandro Hohberg, Germán Denis y Aldo Corzo le entregaron una camiseta autografiada de parte de todo el plantel, luego de ser testigo de los entrenamientos en Campo Mar. Lo invitaron al palco presidencial. Pero ya nada había sido tan increíble como abrazar a los jugadores que lo defienden.
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Mira este video:
Movistar Deportes, una de las cadenas deportivas más importantes del país, ubicó a Daniel Luond y llegó hasta su casa, donde encontró una colección de souvenirs que envidiría mi amigo Miguel Reyes Gavilano, el mayor coleccionista de objetos de Universitario del que tengo registro. Pósters de la 'U' de los sesenta, una camiseta de entrenamiento del 2005, una gorra con la vieja campaña estampada U CARD, y una larga, interminable pizarra acrílica donde Daniel Luond prepara tácticas, ordena jugadores, planifica movimientos, con la única intención de que su U, el equipo de sus afectos, gane el partido más importante de todos. Es decir, el que viene.
-Muchas gracias, maestro. Te quiero mucho, le dice a la cámara Daniel Lound, cuando le preguntan qué ocurrió en el encuentro con Gregorio Pérez, el técnico crema que le dio la mano y en ella, nobleza; esa alegría indenoscriptible que es para uno saberse reconocido por sus ídolos. No importa si dura un segundo.
Ya se ha dicho: solo la emoción perdura.
Quienes estuvieron cerca del técnico post partido y se lo consultaron, coinciden: Gregorio Pérez quedó muy conmovido por la fidelidad del muchacho, por su observación de los movimientos de su equipo y por la solidaridad de los demás hinchas en occidente, que vieron cómo acordonaron un sector de esa tribuna para que Daniel Lound, el muchacho que nos devolvió treinta años atrás, cumpliera el sueño de dirigir a su equipo.
Y no es lo único: Universitario prepara algunas actividades para incluir a Daniel y que ese fuego no se apague; por lo pronto, invitarlo al partido con Cerro Porteño por la Copa Libertadores.
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El periodista deportivo Kenyi Peña Andrade, que sabe tanto de la 'U' como del amor por la familia, escribió en su cuenta de Facebook un breve mensaje como título de la nueva foto que ha circulado en redes sociales sobre Daniel Luond, el nuevo entrenador que tiene Universitario. No sé si han dado cuenta pero la 'U' tiene ahora dos señores técnicos.
“Tiene tanto aguante como el ‘Negro’ Galván yendo a pelear una dividida”, escribió.
Estoy seguro de que se lo decía a todos los Daniel del mundo.