El crear programas sociales puede ser beneficioso para la comunidad, empresa y los mismos colaboradores.
“Cada día más empresas forman alianzas con la sociedad civil para desarrollar programas de sostenibilidad que incluyen un componente de voluntariado corporativo. Estos programas han pasado de ser donaciones y mano de obra de los colaboradores a incluir el trabajo calificado y conocimiento técnico de los mismos. Por ejemplo, en programas de tutoría, educación financiera, diseño de infraestructura, instalación de capacidades en ONGs, asesoría legal o médica gratuita, entre otros”, argumenta Adriana Quirós, gerente de Investigación y Desarrollo de Perú 2021.
Por definición, el voluntariado es sin fines de lucro; sin embargo, un programa que apunte a ser sostenible combinará la consecución de beneficios para los tres actores implicados en el proceso: la comunidad beneficiaria, la empresa y los colaboradores voluntarios. “Los programas de voluntariado más estratégicos son aquellos que por estar vinculados con el negocio core de la empresa
logran perdurar en el tiempo. Estos programas son sostenibles porque la empresa tiene una expertise que ofrecer, pero también gana, pues trabaja en el contexto de su grupo de interés”, explica Jessica Vásquez, directora de RSE del Grupo Graña y Montero.
SÉ PARTE DEL CAMBIO
Los programas de voluntariado corporativo son la respuesta responsable del sector empresarial a la problemática social. Las empresas reconocen que es posible aprovechar su estructura para la generación de beneficios sociales y medioambientales, y se comprometen orgánicamente a ser parte del cambio. “En nuestro país todavía no contamos con un estudio integral sobre el estado del voluntariado corporativo y sus contribuciones reales, pero hay claramente identificadas buenas prácticas y organizaciones que se han convertido en promotoras de esta clase de programas. Estas corporaciones, además de involucrar a los colaboradores en los programas y proyectos de forma activa, han logrado diseñar un medio para crear alianzas público-privadas para el desarrollo, contribuyendo de esta manera con el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 17”, indica Quirós.
Según el ODS 17, la empresa privada debe convertirse en un agente importante de cambio y compromete todos sus recursos organizativos para crear alianzas que aseguren la consecusión de los otros dieciséis objetivos planteados por la Organización de las Naciones Unidas. “Más de 15 empresas de las más grandes del mundo se han acercado para aprender de nuestro modelo, participar dentro del programa y repetirlo en sus organizaciones. Esta colaboración entre empresas de diferentes industrias y expertise es muy potente para solucionar las problemáticas más críticas de la sociedad”, explica Sophie Perdriset, gerente de Ciudadanía Corporativa de IBM, empresa que ha desarrollado el programa Corporate Service Corps, que participa en programas de desarrollo a nivel mundial.
MÁS ALLÁ DEL DEBER
La obligación no genera compromiso. Sin embargo, el colaborador responsable debe encontrar en sus actividades de voluntariado un espacio para el desarrollo personal más allá de sus labores profesionales. El colaborador crece como persona y transciende su trabajo. “Además, los programas de voluntariado nos permiten incrementar la capacidad de trabajo en equipo, probar a los colaboradores en roles diferentes a los habituales e incluso verlos potenciar habilidades que se mantienen ocultas en el trabajo de la oficina”, indica Jessica Vásquez, del Grupo Graña y Montero.