En 1939, General Motors presentó el Pontiac Deluxe Six, un auto transparente que nunca antes se había pensado. Sin embargo, solo fabricaron dos de estos vehículos para luego pasar al olvido. Más de 80 años después, aún no hay un carro translúcido en el mercado. ¿A qué se debe?
Lo que motivó a General Motors a crear este auto fue la llegada de un innovador y resistente material: el plexiglass. Este es el nombre comercial del polimetilmetacrilato, una resina sintética flexible e incolora, resultado de la polimerización del metacrilato de metilo. También se le conoce como ‘vidrio orgánico’. Incluso la compañía automovilística dejó la fabricación del vehículo a Rohm & Haas, la empresa química que desarrolló en aquellos años este tipo de plástico.
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Es decir, lo que motivó a la compañía a crear el vehículo transparente no fue el diseño, sino lo versátil que podría ser el plexiglass. Por ello, solo se fabricaron dos autos translúcidos, que sirvieron para ser mostrados en los concesionarios de Pontiac, a lo largo de Estados Unidos. Este se dio a conocer en la Feria Mundial de Nueva York de 1940.
El principal atractivo de este vehículo, también llamado como “ghost car” (auto fantasma), era ver cómo funcionaba un auto por dentros cuando estaba en movimiento. Así, no solo las personas se maravillaban con la ingeniería de un auto, sino también se podía visualizar si existía algún problema. Al ser un modelo único y existir solo dos unidades, el final de estos carros fueron las subastas.
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¿Por qué no se comercializan los autos transparentes?
En la última década, por ejemplo ZF ha estado trabajando en varios modelos translúcidos, que no solo son eléctricos, sino también autónomos. Estos han sido presentados en varios “autoshows” y hasta el expresidente de Estados Unidos, Barack Obama ha estado al lado de uno.
Sin embargo, hasta el momento, solo sirven para mostrar a los espectadores cómo funciona el vehículo que pueden comprar, el cual no está hecho del mismo material que el transparente. Además, otros de los grandes motivos por el que estos autos translúcidos no llegan a comercializarse son las pruebas de impacto.
Para que un auto, ya sea eléctrico, híbrido o por combustión, llegue a las manos de un usuario, debe pasar por estas pruebas para conocer qué tan resistente son. Es decir, en caso de un accidente, estos deberían proteger a los pasajeros.
Si bien no existe ningún material comercial que pueda evitar los impactos y salvaguardar siempre la vida de quienes están dentro del vehículo, el plástico que se utiliza, sea plexiglass o cualquier otro, no tiene la misma resistencia que la carrocería actual. Es decir, si se maneja uno de estos y hay un accidente, hay más probabilidades de que la persona fallezca.
Hasta que no se encuentre un material translúcido que tenga, por lo menos, la misma resistencia que el metal usado para los carros, probablemente no los veremos en el mercado. Sin embargo, con el desarrollo de los vehículos autónomos, estos podrían tener una segunda oportunidad.
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