TOKIO (EFE)
Japón enfrenta un problema cada vez más grave, la adicción a Internet. Para combatirlo se ha ideado una técnica bautizada como “ayuno de Internet” que consiste en acampar durante 8 días en un bosque sin tocar ningún dispositivo electrónico.
Una decena de adolescentes participaron de forma voluntaria en el primer programa de este tipo que fue puesto en marcha en el país asiático en agosto y que antes solo se había probado en la vecina Corea del Sur, explica a Efe el coordinador del proyecto, el psiquiatra Susumu Higuchi.
Los jóvenes se alojaron en cabañas cerca del monte Fuji, practicaron senderismo y otras actividades al aire libre y prepararon sus propias comidas, todo ello acompañados de tres psicólogos, en el marco de una terapia de grupo cognitiva-conductual.
El método “mezcla el tratamiento con hacerles experimentar el mundo real, el trabajo en grupo y el contacto con la naturaleza”, señala Higuchi, director del Centro Médico Nacional Kurihama para Adicciones de Japón.
Los participantes presentaban síntomas de adicción a Internet, definida por el experto como “un uso excesivo o compulsivo” de dispositivos como computadoras y smartphones, y acompañado de consecuencias psicológicas, sociales o educativas.
ADICCIÓN EN CRECIMIENTO
El campamento sin Internet se puso en marcha por iniciativa del Ministerio de Educación, Cultura, Deporte, Ciencia y Tecnología de Japón, a raíz de unas alarmantes estadísticas sobre la adicción a Internet entre los jóvenes publicadas el año pasado. Más de 100 mil estudiantes de primaria y secundaria en 2012, la más amplia en Japón hasta la fecha, reveló que el 6,5 por ciento de los chicos y el 9,9 por ciento de las chicas mostraba una adicción severa a Internet.
En cuanto a los adultos, el fenómeno afectaba al 4,5% de los hombres y al 3,6% de las mujeres en el 2013, lo que supone un aumento de casi 1,5 puntos en cada grupo desde 2008, según otra encuesta llevada a cabo por el antes citado centro estatal.
“La cantidad de pacientes ha aumentado de forma significativa y seguirá creciendo en el futuro, pero el número de clínicas que ofertan tratamientos específicos es por ahora muy limitado”, señaló Higuchi, quien también es miembro del Comité sobre Alcoholismo y Drogodependencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS).